Rosario Murillo es la burla de la “copresidencia”, opositores critican su papel para mantenerse en el poder

Opositores a Daniel Ortega, en su mayoría ex prisioneros políticos y desterrados a Estados Unidos, denunciaron este jueves que las reformas profundas a la Constitución Política de Nicaragua presentadas por el Ejecutivo a la Asamblea Nacional, representan un “acto aberrante” a complacencia de la viceditadora Rosario Murillo, quien busca llegar a la presidencia ante la imposibilidad de ser electa al cargo por voto popular.

Mediante un comunicado firmado por al menos 36 opositores nicaragüenses, entre ellos el ex aspirante presidencial, Juan Sebastian Chamorro, los apátridas señalaron que el régimen orteguista pretende aplastar la legítima Carta Magna de Nicaragua en “cumplimiento de caprichos personales” y para “seguir consolidando el modelo de dinastía, ahora también, de forma constitucional; aniquilando los cimientos del Estado y la República de Nicaragua”.

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“Esta reforma está diseñada a la medida del autoritarismo, control institucional, lealtades personales, represión, persecución y violencia que caracteriza a la dictatorial matrimonial. La supuesta “reforma” presentada por la dictadura matrimonial es ilegitima en la forma y el contenido, es una aberración jurídica que cercena la identidad y los derechos de cada nicaragüense”, destaca el comunicado de opositores en el exilio.

En este sentido, remarcan que las reformas están motivadas en un interés personal de Murillo que es escalar a la presidencia, de forma desafiante, mediante modificaciones a la Constitución Política porque tiene claro que no podrá totalizar el poder en Nicaragua a través el voto popular, aún cuando Ortega esté ausente.

“Basada en la creación de nuevas figuras de poder para cumplir el deseo de Rosario Murillo que nunca podrá ser presidente mediante elecciones libres y democráticas. Centralizar los poderes legislativos, judicial y electoral al poder ejecutivo es la evidencia de la paranoia que rodea a la pareja y a sus Cómplices ante la desconfianza y hartazgo de miles de trabajadores del Estado”, insisten.

Rechazan reconocimiento de bandera rojinegra como símbolo patrio.

Los opositores también rechazaron la sustitución de los símbolos patrios por la bandera criminal rojinegra del partido Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN),  y dijeron que se trata de un “delito moral y político”.

Por ello, señalaron que “estamos en una nueva etapa de resistencia, que nos exige trabajar de manera conjunta sin descansar hasta lograr su libertad, nuestra libertad”. Asimismo, prometieron “no promover discusiones sin fondo” entre bloques opositores para “seguir trabajado sin desfallecer por nuestra patria, continuamos tocando todas las puertas que sumen al desconocimiento internacional y asfixia económica de la dictadura y sus aliados”.

“Pretender sustituir nuestros símbolos patrios y nuestra gloriosa bandera azul y blanco por un harapo terrorista que ha manchado de sangre y llenado de luto nuestro país, es un delito moral y político. Condenar al país al culto de personajes repudiados por nuestra sociedad, es una violación a la memoria histórica”, expresaron.

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Los opositores también pidieron la presión internacional contra la dictadura sandinista, pues aseguraron que es necesario un “aislamiento máximo” del régimen de Ortega y sus aliados. Por tal razón, solicitaron “una revisión urgente de las relaciones diplomáticas y comerciales que definan posiciones claras frente a esta masacre en hechos y ahora decretada en leyes aberrantes”.

“Exhortamos a la comunidad internacional a que asuman la responsabilidad de proteger la democracia, los derechos y la justicia en nuestro país y la región. Nicaragüenses dentro y fuera del país, nuestro mensaje es de fuerza, esperanza y resistencia, somos un pueblo con determinación y coraje; el régimen lo sabe por eso profundiza la represión y promueve el modelo dinástico”, finaliza el comunicado.