Ortega cumple 79 años ¿insistirá en el poder o cederá a una sucesión familiar?
Para algunos opositores, Ortega llega a sus 79 años reconocido como un “dictador criminal” en decadencia física y mental, pero sobre todo, sediento de poder, pues es imposible que haya sucesión dinástica mientras viva.
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El dictador Daniel Ortega llegó a su cumpleaños número 79, marcado por la violencia, la represión, la cárcel, el destierro y el abuso a los derechos humanos en Nicaragua, dejando un hito en la historia del sandinismo en el poder y consolidándose como una de las dictaduras criminales más desagradables de la región, incluso superando al régimen de Somoza.
Al consolidarse como uno de los dictadores más fastidiosos para el hemisferio occidental, Daniel Ortega también se convierte desde este lunes en uno de los dos jefes de Estado más longevo de Latinoamérica, superado en unos cuántos días por su aliado político de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Aunque el actual presidente estadounidense, Joe Biden, encabeza la lista con 81 años.
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Algunos regímenes autoritarios como el de Cuba, Rusia y Venezuela, se han complacido en felicitar al líder sandinista con mensajes de aspiraciones dictatoriales y de relación mutua, mismas que Ortega ha extendido y consolidado para evadir las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea, y para sacar provecho y fortalecer su estadía en el poder.
“Le felicito a vuesta excelencia cordialmente con motivo de sus cumpleaños. El Rusia aprecian su contribución altamente personal en la construcción de las relaciones de la asociación estratégica entre nuestros países”, reza la misiva enviada por Vladimir Putin.
Por su parte, el dictador venezolano, Nicolás Maduro, dijo que Ortega “ha sido una fuente de inspiración para muchos, y tu dedicación a la causa de la justicia y la soberanía nacional refleja el amor y respeto que tienes por Nicaragua, su gente y la revolución sandinista”.
Un Ortega débil
Para opositores, Ortega se muestra débil, no solo por los bloqueos internacionales que lo limitan, sino también por su avanzada edad que refleja un deterioro en su salud, incluso para caminar. Enrique Martínez, un joven opositor al sandinismo, dijo que Ortega está alejado de “la imagen fuerte y enérgica que proyectaba en sus primeros años en el poder, y la imagen que siempre ha intentado proyectar el FSLN en el país”.
Esto permite un debate sobre la sostenibilidad de su liderazgo en una nación joven y con una sociedad deseosa de cambio, no solo en la dictadura, sino también en la oposición. Para la juventud nicaragüense, Ortega encabeza también un sistema decadente y largo en el poder dejando una huella en el deterioro institucional.
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“Existe un evidente cansancio en la población joven nicaragüense hacia la falta de oportunidades y el cierre de espacios para la participación política y social, agregando la instrumentalización y manipulación política”, señaló en entrevista a Nicaragua Actual.
Para la ex guerrillera sandinista, Dora María Téllez, ex presa política y desterrada de Nicaragua, Ortega ya “es un anciano con una capacidad completamente disminuida física y mental, es decir, físicamente no tiene ninguna energía, poquísima energía en realidad solamente para hacer unas comparecencias de vez en cuando”.
Posible “sucesión dinástica”
El joven opositor indicó que la insistencia de Ortega en mantenerse en el poder o imponer una “sucesión dinástica” a través de su esposa, Rosario Murillo y su hijo Laureano Ortega Murillo, es vista con escepticismo, y también genera una sensación de que el futuro del país está secuestrado por una élite familiar y una estructura político militar.
A su criterio, los rumores de que Ortega pueda ceder la presidencia a su esposa o a su hijo pero bajo el dominio de su madre, en una transición de poder controlada, es un “refuerzo” a esa percepción.
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“Para una generación que aspira a un país democrático y con renovación en la política, esta sucesión parece más bien una forma de perpetuar el mismo modelo, pero con otro rostro. Los jóvenes se preguntan si realmente habrá un cambio o si solo sería una continuidad de las mismas políticas bajo la figura de Murillo”, añadió.
Por su parte, Téllez asegura que mientras Ortega no muera, la vicedictadora no asumirá el poder en Nicaragua. Además, cree que su decadencia ha incrementado con el aislamiento internacional
“Eso es una ilusión de ella, ¿verdad?, y tal como decía Humberto Ortega, ella no tiene respaldo ninguno como sucesora y Ortega no tiene ninguna voluntad de dejar el poder y entregárselo el 100% a ella, es decir, él conserva su 1% decisivo y que lo mantiene, pues, ahí como la figura principal dentro de esta régimen dinástico”, señaló.
“Un dictador criminal”
Por otro lado, Hector Mairena, por el bloque político UNAMOS, dijo a Nicaragua Actual que Ortega llega a sus 79 años como un “dictador criminal”, pues la ONU y la comunidad internacional lo reconocen como un “criminal de lesa humanidad”, y que es imposible ver a un Ortega con 90 años, lo cual deja entrever aún más decadencia mental física del líder sandinista.
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Asimismo, insitió al igual que Téllez, que Ortega podría volver a una farsa de “contienda electoral” en 2026, en caso que siga vivo, pues cree que el tema de la sucesión, como bien sabemos, sigue siendo “un tema que está afectando los círculos más íntimos de la dictadura de los Ortega Murillo, porque también son inocultables las aspiraciones de la Murillo”.
“El punto es que el desgaste de ortega no sólo es físico y mental sino que es sobre todo político es un desgaste que está claro”, expresó el opositor exiliado.