Nicaragua registra 14 casos de torturas en reos por motivos religiosos
El Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más documentó una serie de agresiones en laicos y religiosos católicos presos, entre golpes con arma de fuego, ataques verbales y sexuales, y amenazas de muerte.

Policías sandinistas detiene con violencia a un ciudadano.
- Nicaragua Actual
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El Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, registró en su más reciente informe que al menos 14 presos han sido víctimas de torturas o agresiones físicas por motivos religiosos en Nicaragua, entre 2023 y 2024, en un contexto en que la dictadura de Daniel Ortega arreció sus amenazas de encarcelamiento y destierro mientras le declaraba la guerra a la iglesia católica y sus autoridades.
El organismo en el exilio documentó una serie de casos de torturas físicas en prisioneros dentro de las mazmorras del régimen sandinista, por motivos religiosos. El documento señala que al menos 14 personas fueron víctimas de detención arbitraria “por su participación en actividades religiosas” en Nicaragua.
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De este grupo de casos, 7 personas son laicas, incluyendo a trabajadores de organizaciones religiosas canceladas en los últimos meses, y 7 personas religiosas, de quienes se omitió su identidad por seguridad de las familias. “Todas estas personas fueron también víctimas de torturas”, reitera el informe de derechos humanos.
“En efecto, de los 14 casos documentados se evidencia una práctica de tortura como castigos relacionados a su ejercicio de la libertad religiosa”, añade.
Uno de los casos que fue identificado con el código interno UNS5864-8731, describió el sometimiento del que son víctimas de parte de las autoridades carcelarias de Nicaragua al recibir agresiones verbales durante los interrogatorios, “cuestionándolos de cuánto les pagó la iglesia, principalmente católica, incluso llegando a decirles que “¿no sabes que las procesiones están prohibidas?”.
Asimismo, se les afilió a la situación sociopolítica de 2018 luego que fueran catalogados en sus barrios y comunidades como “ladrones o golpistas”.
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“La violencia física fue una constante, en al menos 7 casos tanto religiosos como laicos fueron golpeados, con puños, tonfas o patadas. En 3 casos se amenazó de muerte a ellos o a sus familiares y en al menos un caso se identificaron golpes directamente a su progenitor durante la detención”, agrega el informe.
Golpes con arma de fuego y amenazas con las mismas
Los casos documentados por el Colectivo incluyen testimonios de algunas personas que se atrevieron, bajo anonimato, a denunciar su situación. Otro de ellos fue el laico ZUT0507-2905, quien aseguró que en varias ocasiones recibió golpes en la cabeza y amenazas de arma de fuego.
“A medida que me llevaban a los interrogatorios crecían los golpes, me golpeaban en la cara y me quebraron un diente, me golpearon con un AK, (un policía) me puso el arma cargada en la frente y me decía que hablara y lloré en ese momento y (después) me puso el arma en la espalda y me golpeó en el estómago y dijo que me sacaran y me dijo payaso”, relató.
Asimismo, el religioso bajo el código TCY9885-6290 refirió haber sido colgado, (considerado como una tortura por suspensión), por varias horas, llegando a inflamársele el cuerpo. Una de las mujeres laicas documentadas, bajo el código interno KQB2910-0902, denunció las agresiones sumado la falta de atención médica y privación de la alimentación; “si supieran lo que yo pasé, quería matarme
esa vez”.
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“De igual manera, estos interrogatorios eran utilizados para atentar contra la fe de las personas, ya que a algunas de las entrevistadas se les quiso obligar a declarar contra sacerdotes, o bien, durante estos interrogatorios los agentes policiales cuestionaban la fe de los religiosos”, se lee en el boletín del Colectivo.
Finalmente, el informe denuncia que dentro de los actos encontrados destaca la violencia sexual caracterizada principalmente por la desnudez forzada, la cual fue denunciada por 9 de las 14 personas, tanto en laicos como en religiosos. Las víctimas fueron obligadas a hacer sentadillas cuando estaban desnudas y en ocasiones estas eran realizadas frente a agentes de policías del sexo contrario.