Mujer rusa que roció ácido a sacerdote en 2018 confiesa su amor a Rosario Murillo
Elis Leonidovna Gonn admitió una serie de problemas en ella, como ser psicópata y tener episodios de abuso y fanatismo, así como el amor no correspondido a Rosario Murillo.
- Nicaragua Actal
La ciudadana rusa Elis Leonidovna Gonn quien en diciembre de 2018 roció ácido sulfúrico al sacerdote católico Mario de Jesús Guevara Calero, en Managua, confesó su amor y admiración por la vicedictadora sandinista, Rosario Murillo, por quien dijo que hubiera “dado su vida” de ser necesario para ser correspondida.
A casi seis años de aquel crimen que ha quedado en la impunidad, la mujer rusa habló del caso que provocó rechazo en el pueblo nicaragüense y reconoció que atacó a una “persona inocente”, una personas de 59 años en aquel entonces, justificando que sentía “odio” por la falta de aceptación de parte de Ortega y Murillo, a quienes llegó a idolatrar.
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“Le diría (al padre Guevara) que lo siento, yo sé, en mi cabeza, que hice mal hacia él, y yo espero que esté bien, yo espero que pueda superar eso, porque sé que es algo muy traumático, entonces sí, yo reconozco que él era totalmente inocente”, escribió en una publicación en facebook.
No obstante, afirma que no se arrepiente de corazón de tan horrendo crimen que marcó su vida y la del sacerdote católico. “Tal vez un poquito cuando supe que era diabético, pero, la verdad no mucho”, publicó.
La mujer también admitió una serie de problemas en ella, como ser psicópata y tener episodios de abuso y fanatismo, así como el amor no correspondido a Rosario Murillo.
“Creo que soy psicópata. He soñado de matar y torturar personas desde que tenía cinco años”, reza la sorprendente publicación.
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Admite ser lesbiana y amar en secreto a Murillo. Luego de pasar por México, Guatemala, El Salvador y Honduras, y por último a Nicaragua el 7 de septiembre de 2018, confesó que su interés político se transformó rápidamente en un amor romántico por Murillo.
Aunque nunca conoció a la vicedictadora en persona, acepta que su amor por Murillo fue tan sincero que alcanzó a soportar una serie de escenas de desconfianza y hostigamiento de parte de fanáticos sandinistas y de la misma policía.
“No sé cómo explicarle mi sensación, porque yo estaba enamorada de Rosario, yo estaba muy a favor del gobierno, yo estaba muy a favor de la Policía y, entonces esa Policía que yo creía que era de mi parte, yo creía que me iba a defender (…) quedé llorando”, añadió.