Nombran a monseñor Antonio Castro como nuevo párroco de la iglesia Santa Faz

El arzobispo de la Arquidiócesis Managua, Cardenal Leopoldo Brenes, nombró a monseñor Antonio Castro como nuevo párroco de la iglesia Santa Faz, un férreo admirador de los dictadores Daniel Ortega, Fidel Castro de Cuba y Hugo Chávez de Venezuela.

La iglesia Santa Faz por muchos años fue pastoreada por monseñor Silvio Fonseca, desterrado por la dictadura sandinista el pasado 14 de enero y enviados a Roma, tras una negociación con las altas autoridades eclesiásticas de El Vaticano.

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El nuevo nombramiento de Antonio Castro, popularmente conocido como “toñito”, tomó por sorpresa a muchos de los feligreses, el religioso es considerado como un fiel admirador de Daniel Ortega que durante sus homilías, endiosa a los dictadores de Cuba y Venezuela.

Incluso, en varias misas oficiadas por “toñito”, abiertamente utiliza la bandera rojo y negro del Frente Sandinista, y en otras ocasiones sermonea a los feligreses detrás de un altar a Hugo Chávez, el fallecido ex presidente de Venezuela, quien ha sido sañalado de cometer crímenes de lesa humanidad.

Financiado por la dictadura 

Desde que Ortega tomó el poder en 2007, presentó a Antonio Castro junto a monseñor Eddy Montenegro y Monseñor Bismarck Carballo como «representantes de la Iglesia Católica de Nicaragua» aunque ninguno es parte de la Conferencia Episcopal.

Desde 2007 a 2018, la iglesia La Merced a cargo de Castro, recibió la suma de 5,350,000 córdobas equivalentes a unos U$ 161,091.69, monto mayor a las cantidad de dinero recibida por grandes catedrales que son Patrimonio de la Humanidad como la de León, Granada o Matagalpa.

Los años de mayor abundancia fue cuando la cooperación venezolana sostenía a la dictadura entre 2013 y 2019, la Iglesia La Merced recibió montos que ascendieron a 600 y 650 mil córdobas, respectivamente.

El religioso también es conocido por haber solicitado abiertamente el cese de las sanciones impuestas por distintos gobiernos democráticos contra los dictadores sandinistas Daniel Ortega y Rosario Murillo, por sus crímenes y violaciones a los derechos humanos contra opositores.

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“¡Qué cese la Ley Magnitsky! ¡Qué cese la Nica Act! ¡Queremos la paz! Claro que sí, la paz no es la ausencia de la guerra, la paz es fruto del desarrollo, del crecimiento, del progreso, de la vida, del amor, y la paz no nos cae del cielo, la paz la tenemos que construir todos los días, cada uno de nosotros”, exclamó Castro durante el acto del 40 aniversario de la revolución sandinista en julio de 2019.

Por su fidelidad a los Ortega Murillo, el religioso ha sido calificado de actuar como el “abogado del diablo”.