Sacerdote Pablo Villafranca sufrió infarto en avión mientras era desterrado a Roma

El sacerdote Pablo Villafranca, uno de los curas que fue desterrado el domingo pasado junto a otros 18 religiosos de la iglesia católica, fue el único que no pudo viajar a Roma debido a problemas de salud que se agravaron desde su encarcelamiento el 26 de diciembre de 2023.

Los 15 sacerdotes, dos seminaristas y los obispos Rolando Álvarez e Isodoro Mora fueron enviados al Vaticano en la aerolínea Conviasa, propiedad por la dictadura de Venezuela. La ruta era Managua-Caracas-Madrid-Roma, según el sitio web venezolano Efecto Cocuyo.

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En la primera escala Managua-Caracas, monseñor Villafranca tuvo que ser dejado en la capital venezolana para ser atendido por médicos de ese país, debido al encarcelamiento su salud se vio deteriorada y cuando iba rumbo a Roma, el religioso sufrió un infarto. Informó el periodista y desterrado Miguel Mendoza en su cuenta de X.

Debido a la crisis sanitaria que atraviesa el país, Villafranca tuvo que ser atendidos en la embajada de Nicaragua en Venezuela para restablecer su salud, por ende, hasta este miércoles 18 de enero el religioso pudo abordar un avión hacia el Vaticano. Según la información que circula en los medios.

Tras su liberación y destierro el pasado domingo 14 de enero, el portal de noticias de la Santa Sede, Vatican News, confirmó la expatriación de los 19 religiosos de la Iglesia católica pero solo se limitó a decir que uno de ellos se quedó en Caracas sin dar más detalles sobre su caso.

El vuelo VCV9721 partió el sábado 13 de enero del Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino a las 5:45 de la mañana y aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía Simón Bolívar en Caracas, Venezuela, a las 10:14 de la mañana.

Su secuestro 

Antes de su detención, monseñor Pablo Villafranca Monseñor era párroco de la iglesia Nuestro Señor de Veracruz en Nindirí Masaya, fue secuestrado por oficiales de la Policía Sandinista cuando irrumpieron su vivienda ubicada en Residencial Planes de Veracruz.

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El sacerdote acostumbraba a pedir en sus homilías por la libertad de monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa quien permaneció más de 500 días secuestrado por la dictadura de Daniel Ortega.