Bianca Jagger al Papa: “No exilie a Rolando Álvarez, no acepte la oferta de Rosario Murillo, esa no es la respuesta”

POR DESPACHO 505.- La activista y defensora de derechos humanos Bianca Jagger pidió al Papa Francisco que no saque de Nicaragua a monseñor Rolando Álvarez, quien hoy cumple 14 días de secuestro policial impuesto por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo en la Curia Episcopal de Matagalpa, junto a ocho de sus colaboradores.

Jagger está escribiendo una carta al Papa y le ha pedido referirse públicamente a la “guerra” contra la iglesia desatada por la dictadura en Nicaragua.

“Además de pedirle que hable en nombre de su Iglesia en Nicaragua -los obispos, los sacerdotes, las monjas, los fieles-, le pido que no ordene al obispo Rolando Álvarez que abandone el país, que no le ordene que acepte la oferta de Rosario Murillo de entregarse a la policía o abandonar el país”, dijo la nicaragüense en una entrevista con Crux, un medio especializado en noticias sobre la iglesia Católica alrededor del mundo.

Para la defensora, deshacerse de todos los obispos que tienen el valor de dar la cara, no es la respuesta. “La respuesta es interceder, y hablar contra el hombre que ha declarado una guerra contra la Iglesia Católica (Daniel Ortega)”.

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Además del secuestro policial impuesto contra monseñor Rolando Álvarez, la dictadura ha encarcelado a tres sacerdotes, ha cerrado más de una decena de medios católicos en el país, ha prohibido las procesiones y otros sacerdotes en diferentes partes del país han denunciado ser víctimas de asedio y amenazas.

Este martes, en Ciudad Darío, Matagalpa, los feligreses fueron impedidos de ingresar al templo de la parroquia Santa Lucía a participar de una misa. Por otro lado, la vicepresidenta Rosario Murillo continúa con su discurso de odio contra sacerdotes y obispos críticos a su régimen.

Báez y Álvarez los más creíbles

Bianca Jagger recordó que la persecución a la iglesia Católica no es reciente. La diferencia es que ahora están siguiendo una persecución concertada. En abril de 2019, monseñor Silvio Báez recibió una orden directa del Papa de abandonar Nicaragua.

“La razón por la que el régimen se centra en personas como Báez o el obispo Rolando Álvarez es el hecho de que son personas muy respetadas, muy elocuentes y valientes, que tienen el coraje de denunciar lo que hace el gobierno y que están junto al pueblo de Nicaragua, preocupados por las violaciones de los derechos humanos y que son hombres del pueblo. Especialmente Álvarez, que es querido por el pueblo y que ha sido un consecuente y un gran predicador en el país”, explicó Jagger.

Ortega y Murillo entienden, dice la defensora, que los grandes líderes del país son los miembros de la iglesia católica: los obispos, los sacerdotes, las religiosas y los laicos.

La lógica de la dictadura, según la activista es que cualquier persona que tenga voz en el país, cualquier líder de base, tiene que desaparecer.

“Y los líderes más respetados del país, los que tienen una voz que se escucha, que son elocuentes, valientes, creíbles, son Álvarez y Báez. Son probablemente los mayores líderes que tenemos en el país. No puedo pensar en ningún líder político del país que tenga más credibilidad, o que sea más elocuente, que ellos dos”.

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Santa sede pide diálogo

Desde que monseñor Rolando Álvarez fue obligado a permanecer en la Curia de Matagalpa, el papa ha tenido cuatro comparecencias públicas: dos audiencias generales y dos rezos del Ángelus desde la Plaza de San Pedro.

Desde ahí se ha referido a la guerra en Ucrania y a otros conflictos globales, pero no a la situación de Nicaragua.

En una sesión extraordinaria sobre Nicaragua celebrada el pasado viernes en el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), el observador permanente de la Santa Sede, monseñor Juan Antonio Cruz, se refirió a los últimos acontecimientos en el país y pidió diálogo entre las partes.

“La Santa Sede no puede dejar de manifestar su preocupación al respecto, mientras asegura su deseo de colaborar siempre con quienes apuestan por el diálogo como instrumento indispensable de la democracia y garante de una civilización más humana y fraterna”, expresó el diplomático.

Pero esta declaración no ha sido suficiente. Diversos analistas, defensores y organizaciones han expresado la necesidad de que haya un pronunciamiento directo del Pontífice.