Nicaragua: declaran la bandera sandinista como símbolo patrio
La bandera del partido FSLN fue incluida este miércoles como “símbolo patrio” de Nicaragua.

Daniel Ortega, dictador de Nicaragua, y de fondo banderas del FSLN.
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Los diputados sandinistas y colaboracionistas de la dictadura Ortega Murillo, aprobaron con 91 votos, incluir la bandera del partido Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) como símbolo patrio de Nicaragua.
Los diputados dieron el visto bueno a la idea de Daniel Ortega; incluir la bandera “rojinegra” como máximo símbolo de respeto para todos los nicaragüenses, argumentando que es un “distintivo de lucha, resistencia, dignidad y rebelión del General Augusto C. Sandino”.
De acuerdo al reformado artículo 13, a partir de ahora los símbolos patrios de Nicaragua son: “el Himno Nacional, las banderas de Lucha antiimperialista del General Augusto C. Sandino y de la Revolución Popular Sandinista, las banderas azul y blanco y la rojinegra, y el escudo nacional”.
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“Estos Artículos reafirman a Nicaragua como un Estado Revolucionario Libre, Soberano e Independiente cuyo poder es ejercido por el Pueblo a través de la Presidencia de la República, integrada a su vez por un copresidente y una copresidenta con un mismo nivel de derechos y responsabilidades”, reza una nota de prensa publicada por la Asamblea Nacional.
Con esta aprobación, los diputados asentaron el capricho de Ortega y Murillo de diseñar un país a su medida y bajo su control.
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Los legisladores también aprobaron otros artículos que diferencia a Nicaragua como “un Estado Revolucionario, libre, soberano e independiente” y “reconoce la existencia de los pueblos originarios y afrodescendientes”, aunque en la práctica es diferente porque el dictador Ortega se encargó de aniquilar la autonomía en las regiones del Caribe.
Murillo será copresidenta
La reforma profunda a la Constitución Política también busca en segunda legislatura ampliar de 5 a 6 años el período presidencial en Nicaragua y establcer la figura de “copresidenta”, lugar que ocupará la vicedictadora Rosario Murillo, conocida como la mujer más poderosa del país.
Además, se aprobará que el Ejecutivo “coordine” los demás Poderes del Estado que pasan a llamarse “órganos”, legaliza la apatridia, y crea la Policía Voluntaria, que son paramilitares al servicio de Ortega y enviados para reprimir, perseguir y asesinar a opositores.