Migrante matagalpino convierte su sueño en realidad al inaugurar cafetería en Costa Rica Alkafe

Desde hace cinco meses, el sonido de una máquina de café se ha convertido en el “despertador” de todos los días para el nicaragüense Roberto Martínez, un joven emprendedor y apasionado por la comunicación quien en 2018 prefirió exiliarse en Costa Rica, al igual que miles de connacionales.

Martínez encontró en Costa Rica la oportunidad de emprender su negocio: una cafetería y para ello, dice que requirió de esfuerzo, perseverancia y enfoque.

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Roberto coronó su sueño después haber abandonado su profesión de periodismo en Nicaragua. El exilio representó para su vida un cambio riguroso, pero también una oportunidad de crecimiento que le fue arrebatada en su país natal a raíz de la crisis sociopolítica.

Alegre, extrovertido y trabajador, Martínez, quien es oriundo del departamento de Matagalpa, conocido como la “Perla del Septentrión”, dice que el negocio lo tenía en mente por la localidad donde nació.

En dicha ciudad, el café continúa siendo la esencia de la agricultura y uno de los principales productos de exportación del país centroamericano.

Mientras estudiaba la carrera de comunicación en Nicaragua, Martínez se desenvolvía como presentador de una revista y reportero para un medio local. Casi al concluir sus estudios, tuvo que salir del país en 2018 para reinventarse y sobrevivir trabajando como ayudante de cocina, venta, atención al cliente, y otros oficios alejados de su profesión.

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“Aquí ha sido duro porque hay lugares populares como los super chinos, los restaurantes chinos, donde se habla de un posible maltrato o abuso hacia los trabajadores, sobre todo hacia los migrantes, y yo lo experimenté en carne propia en alguno de esos lugares”, relata Roberto.

La compra de la máquina de café, el inicio de su sueño

Con el inicio de la pandemia del coronavirus en el mundo, pero sobre todo en Costa Rica, decenas de negocios empezaron a cerrar y a ofrecer a la venta sus maquinarias de trabajo. En más de una ocasión, Roberto se encontró con la venta de una máquina de café, la cual le rememoró el sueño de aquel joven matagalpino que aspiraba con montar una cafetería.

Aunque el sueño se encontraba alejado de su realidad financiera debido a las condiciones económicas en las que vivía en Costa Rica, Roberto optó por comprar aquella máquina que ahora resuena en su cafetería, pero que por casi tres años estuvo oculta dentro de un cuarto a la espera de volver a funcionar y darle vida a su utilidad.

“Tenerla ahí fue recordarme que tenía algo pendiente, algo en mente, y que iba por eso”, asegura.

Desde entonces Roberto comenzó a reducir los gastos innecesarios para mantener reservas que servirían para montar su propia cafetería. Estuvo trabajando en un supermercado y un restaurante chino, posteriormente laboró en una óptica y finalmente en una cafetería que despertó aún más la aspiración por inaugurar su propio negocio.

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“Fue interesante porque era un lugar bastante nuevo, un proyecto nuevo y tenía la oportunidad de aportar con mis conocimientos porque previo a trabajar en medios de comunicación en Nicaragua, también trabajé en una cafetería que de esa forma sustentaba mis estudios”, destaca.

El local y el diseño de la cafetería

Para Roberto, abrir una cafetería con ayuda de sus ahorros y esfuerzo propio significaba el sueño de un joven exiliado en busca de coronar sus aspiraciones, pero aún más representaba el reto de “demostrarse” así mismo que las oportunidades no llegan en “bandeja de plata”, sino con perseverancia, enfoque y determinación.

“Fue una oportunidad de encontrarme conmigo mismo y de sacar fuerzas de donde uno ya no tiene”, expresa.

En enero pasado, Roberto encontró un local en alquiler ubicado a 200 metros del Banco Popular en el centro de Alajuela, ubicado a unos 20 km al oeste San José, un punto de fácil acceso y una zona esquinera, donde marcaría el génesis de su idea personal de emprender un negocio, pero no cualquier comercio, sino el de sus sueños.

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Roberto empezó a diseñar los muros de su local, logrando convertir aquellas obsoletas y grises paredes en un lugar lleno de detalles y singularidades propios de una cafetería, con un toque natural y rústico, en completo ambiente silencioso y acogedor para compartir en familia y entre amigos.

Una experiencia “única”

ALKAFE es la nueva sensación de gustos y aromas a café, donde encuentras desayunos, comida vegetariana y un delicioso café caliente o frío acompañado de reposterías hechas por la casa. El nombre hace alusión a la típica frase “al café” como decir “a la parrilla”, o esa bonita invitación “vamos al café”, solo que esta vez con la letra “k” y en una sola palabra.

“Las personas que vienen tienen una bonita experiencia; ‘el de boca en boca’ funciona perfectamente porque después vienen con sus familias, sus amigos, sus parejas, porque les gustó el lugar, el producto y la atención”, destaca Roberto.

Para quienes aún desean emprender y encontrar oportunidades en el exilio, Roberto aconseja crear “un plan de trabajo escrito, es decir, escribir todas las ideas del proyecto”.

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“Para mí Costa Rica es un país de oportunidades y donde sea que nos encontremos es simplemente aprovechar. Todo comienzo es difícil, pero de ahí es donde surgen las oportunidades. Tenemos que tomar en cuenta que simplemente intentarlo, probar y fallar es un logro”, finaliza.