Feligresía católica de Matagalpa ruega por religiosos encarcelados ante la imagen de Jesucristo

La feligresía católica de Matagalpa y de distintas iglesias del país, en su permanente jornada de ruego y clamor por sus líderes espirituales encarcelados y perseguidos por la dictadura de Daniel Ortega, refuerzan sus rogativas por su liberación.

Este miércoles, varios feligreses se reunieron en la Catedral de Matagalpa para rogar con fervor por Monseñor Rolando Álvarez, quien se encuentra bajo encierro obligado desde hace más de un mes en “su casa en Managua”. La feligresía católica también oran por los otros siete religiosos que están presos ilegalmente en la Dirección de Auxilio Judicial conocida como el nuevo Chipote.

Una fotografía de seis de los ocho religiosos cuelga del manto de la imagen de Jesucristo que está dentro de la Catedral de Matagalpa, mientras un grupo de miembros de la iglesia católica ora por ellos. Unos en silencio, otros en voz audible, pero todos por el mismo motivo: la libertad para todos y la paz para la iglesia.

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Los Padres José Luis Díaz y Sadiel Eugarrios, primer y segundo vicario de la catedral de Matagalpa de San Pedro, respectivamente, Ramiro Tijerino, rector de la Universidad Juan Pablo II y encargado de la parroquia San Juan Bautista; así como los seminaristas Darwin Leyva y Melkin Sequeira, el camarógrafo Sergio Cárdenas y el sacerdote Raúl González están secuestrados desde el jueves 04 de agosto, cuando la Policía, brazo represor de Daniel Ortega y bajo el mando del Comisionado Mayor Sergio Gutiérrez los encerró en la Curia Episcopal de Matagalpa y luego los trasladó al Chipote.

Mientras a Monseñor Rolando Álvarez fue llevado a “resguardo domiciliar”, según indicó la guardia orteguista en una nota de prensa.

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Tras el secuestro y encarcelamiento de los ocho religiosos y el exilio de otros más, la feligresía católica mantiene una jornada permanente de oración por sus líderes ante una cruenta persecución ejecutada por la dictadura sandinista y una campaña de odio contra sacerdotes, liderada por Rosario Murillo y Daniel Ortega.

El ataque a la Iglesia y sus líderes ha provocado repudio y condena a nivel mundial por diferentes organismos eclesiásticos y defensores de derechos humanos.