Murillo invita a celebrar misa junto al cardenal Brenes en medio de acusaciones por “lavado de dinero”

La doble moral y el doble discurso, es uno de los conceptos que ha caracterizado a la vicedictadora sandinista, Rosario Murillo, quien este viernes invitó a la feligresía católica a conmemorar el descanso eterno del Cardenal Emérito Miguel Obando y Bravo, junto al arzobispo de Managua, el cardenal Leopoldo Brenes, quien fue acusado por la vocera gubernamental y su régimen de supuesto “lavado de dinero”.

La relación entre la iglesia y la dictadura sandinista ha permanecido en la “cuerda floja” desde que el clérigo católico manifestó su apoyo a jóvenes brutalmente reprimidos y masacrados por policías y paramilitares al servicio de los Ortega Murillo; desde entonces, obispos y sacerdotes han sido blanco de ataques y acusaciones ilegales por estar del lado del pueblo, al punto de ser “golpeados” económicamente y ser acusados de realizar “movimientos bancarios ilícitos”.

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Sin embargo, la vocera del régimen sorprendió este mediodía a fieles católicos en anunciar que conmemorarán, junto al Arzobispo de Managua, el quinto aniversario del descanso eterno del Cardenal Emérito Miguel Obando y Bravo, pese a que Brenes fue citado por la Superintendencia de Bancos para presentar un reporte sobre los movimientos bancarios de las Diócesis y otros organismos filiales a la iglesia católica, por supuestamente estar ligados a una banda de “blanqueo de capitales”.

“Tenemos el día de mañana 3 de junio, con la comunidad universitaria de la Universidad Católica, Única, el aniversario de la partida a la casa del padre de su eminencia el Cardenal Miguel Obando”, anunció Murillo durante su alocución a medios oficialistas este mediodía.

Asimismo, presagió que la misa será oficiada por “su eminencia el señor Cardenal Leopoldo Brenes; será por la mañana para celebrar el legado de reconciliación y paz de nuestro cardenal Miguel Obando y Bravo, un legado que caminamos todos con amor y esperanza”.

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En los antecedentes históricos de la pareja tiránica, se conoce que los Ortega Murillo no tenían una buena relación con su eminencia Obando y Bravo en los años 80, quien no estaba de acuerdo con las ejecuciones perpetradas por el régimen contra quienes se oponían a la ideología revolucionaria, sin embargo, años después se convirtió en parte del círculo íntimo de la familia dictatorial.