Sicarios asesinan de un disparo en la cabeza a nicaragüense en el interior de su auto en Costa Rica

Otro nicaragüense fue ultimado a balazos en Costa Rica a manos de sicarios la noche de este domingo en Puerto Viejo de Sarapiquí, Heredia.

El nicaragüense identificado como Julio Paniagua Gómez, de 42 años, fue interceptado por sujetos aún no identificados cuando este viajaba en su vehículo Hyundai Accent modelo 1999, con el que brindaba el servicio de transporte privado y lo llevaron a un lugar solitario donde habían plantaciones de banano para cometer el horrendo hecho.

Según información de medios locales, Paniagua Gómez fue encontrado por un guarda de seguridad de las bananeras con un disparo en la cabeza y dentro de su vehículo.

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De inmediato, oficiales de la Fuerza Pública llegaron hasta el sitio para realizar el peritaje del asesinato del nicaragüense. Así mismo, efectuaron un patrullaje en los alrededores de la zona para atrapar a los homicidas, pero no lograron su objetivo.

Casi una decena de nicas asesinados en Costa Rica en lo que va del año

Los asesinatos de nicaragüenses en Costa Rica cada vez son más recurrentes, pues en lo que va del año, más de 6 nicas han sido ultimados bajo el mismo modus operandi de sicarios a bordo de una motocicleta.

El caso más reciente se trata del señor Vladimir Duarte, que fue interceptado por unos sujetos cuando este intentaba cruzar una mercadería por una finca ubicada en el cantón de Upala, provincia de Alajuela, Costa Rica.

Duarte asesinado por malhechores que intentaron despojarlo de la mercadería, pero al resistirse al robó, recibió múltiples balazos.

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Otro caso reciente, fue el homicidio del nicaragüense Irvin Manuel Romero Palma, de 38 años de edad, que fue rafagueado por unos sujetos a bordo de una motocicleta en Costa Rica cuando este pasaba por por las calles de la plaza de fútbol de Horquetas de Sarapiquí, y de repente fue sorprendido por los criminales.

Romero Palma recibió dos balazos en el abdomen y otros dos en el tórax quedando tendido en un charco de sangre. Los malhechores se dieron a la fuga, mientras la víctima agonizaba en el lugar del crimen.