Régimen propone nueva función obligatoria a la Policía ante emergencias de desastres

Este lunes Rosario Murillo, la vocera del régimen sandinista, anunció una nueva normativa que será incorporada a la Policía Nacional para ejecutar control vehicular en zonas de riesgo ante desastres naturales como fuertes lluvias y crecidas de ríos.

“A partir de ahora que se presente una emergencia, no necesariamente un huracán, lluvia fuertes por ejemplo, que todavía se mantienen, la Policía Nacional tiene que resguardar esos cruces y lugares donde la gente pasa de una orilla a otra, y no permitir el tránsito, ni de animales, ni de personas, para evitar que las correntadas provoquen estragos”, afirmó Murillo en su alocución de este mediodía.

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La vicedictadora narró que la nueva normativa fue consensuada con Daniel Ortega y será incorporada “al protocolo” de la sancionada Policía Nacional, al considerar que la “impaciencia y la imprudencia” son factores que provocan graves consecuencias a la vida humana.

Murillo explicó que a partir de ahora “la Policía Nacional tiene que desplazarse a los puntos donde circulan más vehículos y personas, y son cruces de ríos de una orilla a otra, para asegurar que mientras dure la emergencia no se crucen ni vehículos, ni personas a caballo, ni personas a pie, ni motocicletas, para evitar desgracias”.

Personas ponen en riesgo su vida durante huracán Julia

La nueva exigencia del régimen fue anunciada 24 horas después del paso del huracán Julia por Nicaragua, que causó inundaciones, cortes del fluido eléctrico y del agua potable, centenares de damnificados y miles de familias en albergues, en varias zonas vulnerables del país.

“No podemos desatender esas otras consecuencias que son directas o indirectas, pero que también tienen que ver con la imprudencia porque también somos impacientes e imprudentes, y generamos sufrimiento a nuestras familias”, finalizó.

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Videos en redes sociales evidenciaron el actuar irresponsable de varios ciudadanos que transitaban carreteras completamente anegadas por las fuertes corrientes, poniendo en peligro la vida humana. En Nandaime un hombre se abalanzó a las corrientes para intentar huir tras quedar atascado el tractor que conducía.

En el mismo municipio, otro ciudadano a bordo de un coche de caballo desafió la fuerza descomunal de las corrientes de aguas al transitar a pesar de ser arrastrado por el caudal natural formado por las fuertes lluvias, que también dejaron inhabilitadas las vías principales al amanecer llenas de basura y sin adoquines.