Como un crimen de odio calificó Murillo la masacre a una familia nica en Costa Rica, cinco días después

Como un crimen de odio calificó la vicedictadora Rosario Murillo la masacre contra una familia nicaragüense, en la comunidad El Silencio de Huacas, en Santa Cruz, provincia de Guanacaste, Costa Rica, cinco días después del brutal crimen, que forma parte de la ola de violencia que vive Costa Rica en los últimos meses.
Murillo calificó este miércoles la masacre como un “crimen de odio” en contra de esta familia originaria de Terrabona y San Dionisio en el departamento de Matagalpa.

La noche del domingo circularon las fotografías de los compatriotas asesinados, entre ellos el de Amparo del Socorro Cardoza Orozco, 55 años.

Los nombres de los otros hijos de Amparo son: Miguel Antonio Jarquín Cardoza, 21 años y Pedro Hernández Cardoza, 42 años; su sobrino Jonathan Cardoza Rivas de 25 y José Isidro Orozco Loáisiga de 29 años, quien era cuñado de Pedro Hernández Cardoza y originario de Terrabona.

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“Hemos estado pendiente todos estos días y quería destacarlo, pendientes y en coordinación para atender a las familias, a la familia Cardoza que fue víctima de ese crimen de odio que se dio el sábado por la noche en la región de Guanacaste en Costa Rica”, dijo Murillo.

Presidente Chaves reacciona

Murillo dijo que estuvieron pendientes de la situación, sin embargo el martes que eran repatriados sus cuerpos la dirección de migración y extranjería les puso trabas para dejarlos ingresar al país.

Después de varias horas de espera, vehículos del Minsa llegaron a la frontera a recoger los cuerpos y los trasladaron a medicina legal, para luego llevarlos a sus lugares de orígenes.

El presidente electo de Costa Rica, Rodrigo Chavez, aseguró este miércoles que “vio con enorme dolor y desprecio” el asesinato de cinco personas de una familia nicaragüense, el pasado fin de semana en la provincia de Guanacaste.

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El mandatario dijo la tarde de este 13 de julio que “para nadie es un secreto que nuestro país sufre una ola de violencias” en las últimas semanas, y trajo a la memoria el asesinato de los jóvenes Marco Calzada Valverde y Manfred Barberena Novoa, de origen costarricense y nicaragüense, respectivamente.