Dictadura expulsa de Nicaragua a Comité Internacional de la Cruz Roja

Después de 5 años de operaciones en Nicaragua, este lunes el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) abandonó el país y cerró sus oficinas en Managua “por pedido de las autoridades nicaragüenses”, terminando así su misión humanitaria en el país desde 2018.

Mediante una nota de prensa, la CICR lamentó su expulsión de Nicaragua luego que en 2018 la dictadura autorizara al organismo abrir una misión permanente en Managua con “objetivos exclusivamente humanitarios”, y llamó a reanudar el diálogo en medio de la crisis sociopolítica que aún sumerge a la nación centroamericana.

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“La delegación regional del CICR para México y América Central reitera su disponibilidad para reanudar su diálogo y acción humanitaria en Nicaragua”, reza el comunicado.

El Comité Internacional de la Cruz Roja en enero de 2019 el CICR se estableció en Managua, y en marzo de ese mismo acordó con el régimen sandinista formalizar un acuerdo para visitar a las personas detenidas por razones políticas desde 2018.

El CICR asegura que sus funciones dentro del país se han centrado desde 2018 en apoyar a la Cruz Roja Nicaragüense, misma que la dictadura canceló y confiscó en mayo pasado, así “como prevenir y atender consecuencias humanitarias de la privación de la libertad”.

Además, se ha comprometido con llevar a cabo “actividades de formación sobre el derecho internacional humanitario, el marco jurídico aplicable a las tareas en las que participan las fuerzas armadas y de seguridad, y el derecho internacional de los derechos humanos”.

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“Como hace en más de 80 países, la labor que realiza el CICR tiene una finalidad exclusivamente humanitaria, y se apega estrictamente a los principios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia”, agrega el comunicado.

En el caso del arduo trabajo para lograr la liberación y las visitas a reos de conciencia en Nicaragua, el Comité Internacional de la Cruz Roja afirmó que “a través de la acción directa y de un diálogo bilateral y confidencial con autoridades, personas afectadas por consecuencias humanitarias, y otros interlocutores clave, se trabaja en la promoción de entornos respetuosos de la vida y dignidad humana”.