Diputados recuerdan ataque policial a universitarios en 1995 pero ignoran masacres del 2018

Mientras el parlamentario sandinista Edwin Castro dormía en su curul, la diputada Ángela Espinoza se dedicó este martes a leer ante los diputados al servicio de la dictadura de Daniel Ortega, una mención especial en ocasión del 27 aniversario de lo que según ella fue la masacre contra los universitarios un 13 de diciembre de 1995, durante el gobierno de Violeta Barrios de Chamorro.

Durante esa lucha de la comunidad universitaria para exigir a los diputados y al gobierno de turno el pago completo del 6% del presupuesto general de la República a las universidades estatales, la policía reprimió duramente a manifestantes universitarios, con el resultado de decenas de heridos y con la muerte de Jerónimo Urbina, estudiante de la UNI y Porfirio Ramos, trabajador universitario de la escuela internacional de agricultura y ganadería de Rivas.

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“El gobierno de aquella época violentaba el estado de derecho y el orden constitucional e irrespetaba los derechos de la educación y lo más detestable que actuaba de forma genocida y neo somocista al ordenar a disparar a quemarropa en contra de jóvenes que reclamaban sus derechos… ese día se violentó el sagrado derecho a la vida de estos jóvenes y mártires”, leyó la diputada Espinoza, quien estuvo a cargo de la mención especial.

Sin embargo, lo que la diputada Espinoza y los demás diputados al servicio del régimen ignoraron es traer a la memoria los más de 300 muertos que en el año 2018 causó la Policía y el Ejército sandinista al mando de Ortega, cuando reprimieron las protestas del pueblo nicaragüense iniciadas por el reclamo del recorte a las pensiones de los adultos mayores en Nicaragua.

Diputada dice que antes eran
bancada de minoría

Haciendo memoria sobre los dos muertos del 13 de diciembe de 1995, la diputada Espinoza agregó que “solo la bancada del frente sandinista respaldadó el reclamo constitucional de las universidades pero en aquella época nuestra bancada del pueblo era minoría y la respuesta del poder legislativo fue negarse a cumplir con la entrega del presupuesto estatal para las universidades, y la respuesta del Ejecutivo fue reprimir cruelmente a la juventud”.

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Cabe señalar que tanto la Policía como el Ejército sandinista son señalados de acompañar a los grupos de fuerzas paramilitares que organizó la dictadura de Ortega, en la sangrienta respuesta gubernamental a las protestas iniciadas en abril del 2018 en Nicaragua que dejaron un saldo de más de 300 muertos, más de 3 mil heridos, decenas de miles forzados al exilio, pero para todo eso la Asamblea Nacional no tiene memoria.