Empleados de la dictadura van 10 días de vacaciones, mientras presos políticos siguen en celdas de torturas

La vice dictadora Rosario Murillo anunció este mediodía que sus empleados del Estado gozarán de 10 días de vacaciones en ocasión de fiestas patrias, mientras unas 200 personas presas políticas seguirán languideciendo en las mazmorras de Daniel Ortega.

“En esta semana, en toda Centroamérica celebramos nuestras festividades patrias, y es que estamos contentos de celebrar, de honrar a la patria con tanto éxito, tanto buen resultado, y sentimos con tanto trabajo”, expresó Murillo durante su monólogo.

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Irónicamente, Murillo, quien mantiene a unas 200 personas como prisioneras políticas, sin derecho a ver a sus familiares y en condiciones infrahumanas, habló de que “las familias en todas partes merecemos encontrarnos, reunirnos, disfrutar de nuestra tierra bendita, de nuestra naturaleza hermosa, del valor de la unión familiar”, expresó Murillo con el mayor de los placeres.

“Y por eso nuestro presidente está orientando, al Mitrab, a Hacienda, asegurar de que la semana que va del 9 al 18 de septiembre será de vacaciones familiares para todos los trabajadores del estado, es decir vamos a tener una semana patria festiva, colorida, armoniosa, llena de cariño, de reconocimiento, de honor y de victorias”, afirmó Murillo.

La vicedictadora agregó que “estamos trabajando para que mañana se dé a conocer la resolución ministerial, a cargo de la ministra Alba Luz Torres Briones, estableciendo que salimos de vacaciones todo el Estado el viernes 9 y regresamos el lunes 19 de septiembre”, reiteró Murillo.

“Por eso decimos, Nicaragua como te amamos, como sentimos la fuerza de estas tierras benditas”, manifestó Murillo, quien no ha tenido ni amor, ni piedad, ni misericordia, para autorizar que el prisionero político, el periodista deportivo Miguel Mendoza, pueda ver a su hija o permitir la atención médica especializada a todos los reos que la necesitan.

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La periodista Margin Pozo, esposa de Mendoza, indica que en agosto la niña Alejandra cumple 14 meses sin ver a su papá, sin poder abrazarlo ni compartir con él “esos momentos tan bonitos entre padre e hija”.

Así mismo, advierte que esta situación está afectando física y psicológicamente a su hija, quien ya presenta problemas de salud con mucha frecuencia.

“Estamos muy angustiados porque en la niña ya provoca afectaciones físicas y emocionales a tal punto que se me enferma muy seguido y el pediatra me mandó con el psicólogo, porque se le dan vitaminas y aún así se me enferma”, afirmó Pozo.