Dictan otra condena de dos años y 8 meses contra sacerdote Manuel Salvador García de Nandaime

El sacerdote Manuel Salvador García Rodríguez fue condenado este miércoles por la jueza sandinista Ana Xochilt Fonseca, del Juzgado de Distrito especializado en violencia de la ciudad de Granada, a dos años y ocho meses de cárcel por los supuestos delitos de violencia psicológica y física en contra de Martha Candelaria Rivas Hernández.

Por el primer supuesto delito de violencia psicológica, García fue condenado a 1 año y 4 meses; igual pena se impuso por el delito de violencia física.

La supuesta víctima, Martha Rivas Hernández, afirmó en reiteradas ocasiones que el golpe que recibió del sacerdote fue de forma accidental y se resistió a interponer denuncia contra el religioso.

No obstante, la juez sandinista prosiguió con el juicio contra García y acusó a la mujer, tras ordenar prisión para ella por “falso testimonio en perjuicio de la administración de Justicia del Estado de Nicaragua”.

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El caso ha sido fuertemente cuestionado por organismos de derechos humanos por no existir una denuncia de violencia física ni mucho menos psicológica en contra del líder católico de parte de Martha Rivas, al contrario, esta aclaró muchas veces que no interpuso ninguna denuncia en su contra.

Este es el segundo juicio realizado en contra del sacerdote de la iglesia Jesús de Nazareno de la ciudad de Nandaime.

En el primer juicio, ralizado el pasado 21 de junio, el cura fue condenado a dos años de prisión y 200 días multas equivalentes a 14 mil 116 córdobas por el supuesto delito de amenazas con armas en contra de cinco simpatizantes sandinistas que provocaban y ofendían al sacerdote en las afueras del templo.

Los hechos

Varios videos en redes sociales revelaron al sacerdote asediado por agentes policiales y simpatizantes sandinistas, quienes presuntamente fueron alertados por pobladores luego de escuchar gritos de una adolescente en el atrio de la iglesia.

El religioso parecía exaltado cargando un machete mientras discutía con los vecinos, quienes minutos antes intentaron ingresar al templo, según una posterior narración de la supuesta víctima, Marta Candelaria Rivas.

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Rivas Hernández, quien se identificó como “amiga íntima” del sacerdote, narró que llegó de visita junto a sus hijos, una adolescente de 15 años y un niño de 11, y empezó a tomar licor con el religioso, quien le propinó un golpe en el pómulo derecho por accidente con un candado, y por lo cual su hija salió gritando pidiendo ayuda porque no paraba de sangrar.