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  • 1:37 pm
  • Jul 3, 2024

Corte-IDH realiza audiencia del caso Dina Carrión, su familia exige justicia

Aida Carrión pidió a los jueces de la Corte-IDH justicia por la muerte de su hermana, que cataloguen el crimen como femicidio, identificar a los responsables e imponer sanciones.

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Aída Carrión demanda justicia por la muerte de su hermana en Corte-IDH.

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Un día histórico para la búsqueda de justicia de los casos de femicidios en Nicaragua, ya que este miércoles la Corte Interamericana de Derechos Humanos, (Corte-IDH), celebró una primera audiencia sobre un caso de violencia que más ha resonado en el país y que no ha obtenido justicia, como es el asesinato de Dina Carrión.

Dina Carrión era una mujer que fue encontrada muerta en el jardín de su casa ubicada en residencial Las Cumbres en abril de 2010, su familia responsabiliza al esposo Juan Carlos Siles Saravia, con quien estaba en proceso de divorcio, y al Estado de Nicaragua por negarse a realizar las debidas investigaciones y tipificar el crimen como un “suicidio’ pese a las pruebas presentadas.

La audiencia contó con un relato de contexto por parte de la CIDH y los testimonios de su hermana y madre, Aída Carrión y Aída González, respectivamente, quienes relataron el calvario de violencia que vivió Dina en su matrimonio con Siles.

En la audiencia catalogaron a Siles como un hombre “controlador y apático” que nunca se relacionaba con la familia de Dina, y menos le permitía tener ese vínculo familiar con sus padres y hermanos. “Ella siempre vivía con miedo y nos visitaba sin que su esposo se diera cuenta”, relató la madre de Dina.

Luego de la muerte de Dina hace 14 años, sus padres y sus hermanos nunca han descansado de buscar justicia a través de todos los medios posibles, pero el Estado de Nicaragua y la Policía Sandinista han mostrado una preocupante falta de interés en investigar a fondo las circunstancias de la muerte de Dina Carrión, pues según, en el caso reinó el tráfico de influencias a disposición de Siles.

Según Aida Carrión hermana, este tráfico de influencia se debe a que Siles es propietario de una empresa de serigrafía y es hijo de Carlos Siles Leví, un nicaragüense que tenía fuertes vínculos con el expresidente Arnoldo Alemán (1997-2002) del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), colaboracionista al régimen sandinista de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

De acuerdo con las declaraciones, Siles tenía influencias con todos los abogados del sistema judicial de Nicaragua y era muy amigo íntimo del fallecido Antonio Alemán Lacayo, Magistrado de la CSJ hermano del ex presidente Arnoldo Alemánlo cual lo ayudó a evadir la justicia.

Inconsistencias en el caso

Aunque la justicia nicaragüense catalogó la muerte de Dina como un “suicidio”, la familia Carrión sostiene que hubo mano criminal porque cuando entregaron su cuerpo, observaron signos de violencia en varias partes de su cuerpo.

“El cuerpo de mi hermana estaba violentado, tenía golpes en su rostro, tenía un morado en la sien izquierda. Le levantamos el vestido y vimos de que tenía escoriaciones en la pierna, golpes en el abdomen. Las manos de mi hermana tenían escoriaciones y laceraciones”, explicó Aída Carrión.

Antes que el cuerpo fuera entregado, la familia de Siles (quienes eran catalogados como “personas malas”) insistieron que el cadáver fuera incinerado de forma inmediata con el objetivo que no se dieran cuenta de los golpes que presentaba la víctima.

Desde entonces, Siles tomó medidas estrictas para que su hijo, quien en ese entonces tenía 6 años, no se relacionara con la familia de Dina y si lograban verlo, el papá debía de estar presente y en ningún momento lo dejaba solo con sus parientes.

Siles se encargó de romper ese vínculo materno, pues 14 años después, ahora su hijo con 21 años, no quiere saber nada de su familia materna y tampoco muestra interés por conocer la verdad sobre la muerte de su madre.

Injusticia y desacato

En esta primera audiencia en demanda al Estado de Nicaragua por negarse a investigar el caso de Dina, los representantes de la dictadura sandinista no se presentaron y una vez más demuestran su desacato a las autoridades internacionales.

Esta limitante en la búsqueda de justicia en el caso de Dina, se debe a que el sistema judicial de Nicaragua está profundamente influenciado por intereses políticos y económicos que buscan proteger a los responsables de violaciones a los derechos humanos.

El 15 de enero de 2013, el Ministerio Público acusó a Siles Saravia como presunto autor del delito de parricidio. Pero, el 31 de mayo de 2013, el acusado presentó un amparo administrativo contra los fiscales. El amparo fue admitido y suspendió el proceso.

En mayo del 2019, la Corte Suprema de Justicia dio lugar al recurso de amparo y dejó sin efecto la acusación fiscal alegando que se violaron los “derechos de Juan Carlos Siles al debido proceso, acceso a la justicia, seguridad jurídica y legalidad”.

Ante la ineficacia del sistema judicial nicaragüense donde sólo se contempló la hipótesis del suicidio, pese a indicios que apuntaban a un feminicidio, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) recomendó reabrir la investigación penal de manera diligente, y dentro de un plazo razonable con el objeto de “esclarecer los hechos en forma completa, identificar todas las posibles responsabilidades e imponer las sanciones, si corresponde”.

Aida Carrión pidió a los jueces de la Corte-IDH justicia por la muerte de su hermana, y que cataloguen el crimen como femicidio

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