Elecciones regionales en Nicaragua, una nueva farsa electoral

Organizaciones Políticas de Nicaragua denuncian que las elecciones regionales a celebrarse  el próximo domingo tres de marzo en la Costa Caribe, serán una nueva farsa electoral del Sandinismo, por lo que piden a la comunidad internacional desconozcan el proceso y sus resultados.

A través de un comunicado aseguran que el Consejo Supremo Electoral junto al Ejército de Nicaragua y la Policía hacen uso de sus herramientas represivas para afianzar la concentración de poder del partido gobernante en el Caribe nicaragüense. Eliminando las garantías y libertades democráticas necesarias para un proceso electoral transparente e inclusivo.

Las próximas elecciones serán las primeras desde que el Gobierno eliminó por completo la participación y representación de las comunidades indígenas y afrodescendientes y las segundas elecciones desde el inicio de la crisis sociopolítica. De acuerdo al artículo 16. de la Ley Electoral; las regiones autónomas deben de contar con un Consejo Electoral y su integración debe ser pluralista. 

Entre los antecedentes más graves se encuentran la cancelación de la personería jurídica del partido indigena de mayor trayectoria: YATAMA y la desaparición forzada de su presidente y diputado en la Asamblea Legislativa, Brooklyn Rivera.

De igualmanera la detención de la diputada suplente, Nancy Elizabeth Henríquez. YATAMA era el único partido indigena reconocido por el Gobierno, por lo cual, las próximas elecciones no cuentan con representación afrodescendiente, solo por partidos satélites como el PLC, PLI o el oficialista, FSLN. 

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Los medios de comunicación no se escapan de la ola represiva, cabe mencionar las confiscaciones de las  radios comunitarias Yapti Tasba Bila y Waspam, el robo de las instalaciones regionales del partido YATAMA y el constante asedio y ataques de colonos armados que actúan bajo el beneplácito y protección del Estado, de acuerdo al Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (MESENI).

CIDH alarmada

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha expresado su preocupación por la ausencia de condiciones que garanticen unas elecciones libres, justas y competitivas. A través del MESENI, en el último año se ha agravado la represión dentro de las Regiones Autónomas, con el propósito de consolidar un mensaje de control total en el territorio y temor en contra de movimientos indígenas. 

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Las elecciones regionales en Nicaragua se han celebrado desde 1990 y son el resultado de los esfuerzos y sacrificios de las comunidades indígenas y afrodescendientes dentro del contexto de lucha por el reconocimiento de su autonomía. Actualmente el Estado nicaragüense ha consolidado un retroceso en materia de Derechos Humanos vulnerando todas los espacios de libertades públicas y políticas existentes en el Caribe.

Redacción: Kendall Vivas