Sacerdote de Masaya es secuestrado por la policía de Daniel Ortega

Otro sacerdote católico ha sido detenido en Nicaragua en la permanente represión en contra de la libertad religiosa de Nicaragua. Monseñor Pablo Villafranca de la parroquia Nuestro Señor de Veracruz en Nindirí, Masaya fue secuestrado la mañana de este 26 de diciembre, según denuncias en redes sociales.

Las denuncias realizadas de forma anónima detallaron que al sacerdote la policía sandinista lo llegó a sacar de la vivienda donde habita en el Residencial Planes de Veracruz, alrededor de las 11 de la mañana.

El secuestro de monseñor Villafranca tuvo las mismas características de los más recientes cometidos en contra de sacerdotes de la diócesis de Matagalpa. Varias patrullas llegaron al residencial y se lo llevaron con rumbo desconocido.

Según aseguraron quienes denunciaron la detención, el sacerdote acostumbraba a pedir en sus homilías por la libertad de monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa y que lleva más de 500 días secuestrado por la dictadura de Daniel Ortega.

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Opositores de Ortega en el exilio han asegurado que “pedir oraciones por monseñor Álvarez se ha convertido en un fuerte delito para el régimen dictatorial”. Desde el pasado 20 de diciembre, la dictadura mantiene secuestrado a monseñor Isidoro Mora, obispo de la Diócesis de Siuna, luego que este expresara que la Conferencia Episcopal de Nicaragua mantiene oraciones por el obispo Álvarez.

Monseñor Villafranca ya estaba en la mira del régimen, según información brindada también de forma anónima en el año 2020 denunció en redes sociales el sacrílego y robo en la Capilla El Carmen y en 2022 se le impidió ingresar a la parroquia Santo Cristo de Esquipo mientras el régimen tenía secuestrado a monseñor Rolando Álvarez en esa iglesia de Las Colinas, de Managua.

Organizaciones de derechos humanos han condenado estos ataques a la libertad religiosa y principalmente las detenciones arbitrarias cometidas en contra de sacerdotes de la Diócesis de Matagalpa, estos mismos han denunciado que el régimen pretende encarcelar a “todos los sacerdotes que pidan por monseñor Álvarez”, lo que han catalogado como un método de la dictadura “para intentar que la iglesia se olvide de él”.

La persecución en contra de los religiosos se ha arreciado en los últimos días del año 2023, en fechas donde el pueblo nicaragüense celebra el nacimiento de Jesús y la llegada un año nuevo. Sin embargo Daniel Ortega y Rosario Murillo que se han autodenominado como cristianos devotos de la Virgen María, continúan atentando en contra de religiosos y laicos católicos al criminalizar la libertad religiosa.