Obispo Silvio Báez demanda liberación de Monseñor Rolando Álvarez: “¡Quiten la piedra de la cárcel y liberen al obispo!

El obispo auxiliar de Managua, Monseñor Silvio José Báez, exigió en su homilía de este domingo 26 de marzo, durante la eucaristía en la Iglesia Santa Ágata de Miami, la libertad de Monseñor Rolando Álvarez, a quien la dictadura sandinista exhibió en una puesta en escena ante sus medios voceros, la noche del pasado sábado.

En su homilía, basada en el evangelio de Juan sobre el pasaje bíblico del milagro realizado por Jesús de la resurrección de Lázaro, Monseñor Báez cita el momento en que Jesús le grita a Lázaro, su amigo muy querido quien ya había muerto, que salga del sepulcro y lo compara con la situación de Monseñor Rolando Álvarez, quien está confinado en una celda en la cárcel La Modelo, que parece un sepulcro: El Infiernillo.

“Así como hubo un amigo de Jesús en Betania que estaba en el sepulcro, hoy también otro amigo de Jesús está en el sepulcro de una cárcel. Es mi hermano obispo, Mons. Rolando José Álvarez Lagos, obispo de Matagalpa; un amigo de Jesús que han encerrado en un sepulcro”, advierte en su homilía; una de las más fuertes y directas que Báez ha hecho desde que está en el exilio.

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El líder católico expresa que las mismas palabras que Jesús le dijo a Lázaro, hoy se las dice a Monseñor Álvarez: “Rolando, sal fuera!”, expresó en su prédica.

“A él también hoy Jesús le dice: sal fuera, Rolando, y vive, deja la cárcel y vuelve a ser pastor de mi pueblo. Yo te sacaré de ese sepulcro”, continúa el obispo auxiliar de Managua, quien se encuentra en el exilio forzado.

Dictadura no podrá retenerlo más tiempo en la cárcel

Monseñor Silvio Báez refirió que “el cinismo, la mentira y la maldad de los captores (la dictadura de Ortega y Murillo) no podrán retener por más tiempo al líder católico de Matagalpa.

“Yo te sacaré a través de la grandeza de tu fe, la oración incesante de tu pueblo y la solidaridad del mundo entero que clama por tu libertad. Rolando, hijo mío, siervo mío, pastor, profeta mío, muy pronto yo te sacaré de ese sepulcro, porque he llorado contigo y no soporto más ver a mi amigo privado de su libertad, de su dignidad y de su misión en la Iglesia”, apunta Báez.

Así mismo, dijo que “a los que han encerrado y han querido apagar la voz de Rolando, Jesús les dice como les dijo a los judíos frente a la tumba de Lázaro: ¡“Quiten la piedra!” (Jn 11,39), “desátenlo y déjenlo andar” (Jn 11,44). No se engañen. Ustedes son los verdaderos prisioneros, prisioneros de la maldad y de la mentira, de la ambición y la crueldad. Quiten la piedra de la cárcel y liberen al obispo. Ustedes, que se alimentan de violencia y se engañan con el cinismo, no podrán contra la nobleza y la dignidad del obispo, la oración del pueblo de Dios y el clamor mundial por su liberación”.

Anima a los exiliados, oprimidos y desterrados

En su homilía, Monseñor Báez también anima a los nicaragüenses que están oprimidos por la dictadura sandinista que han sido desterrados y ahora están en el exilio forzado.

Lo que Jesús le dijo a Lázaro, Dios lo había dicho siglos antes a su pueblo, desterrado en Babilonia:  “Pueblo mío, yo mismo abriré tus sepulcros, los haré salir de ellos y los conduciré de nuevo a su tierra” (Ez 37,12). Dios se lo dice también hoy a los pueblos oprimidos y desterrados: ¡Yo abriré sus sepulcros y los sacaré! No quedarán encerrados y temerosos ante el cinismo, las amenazas y las armas de los poderosos”, advierte.

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Les anima también a no aceptar ser “enterrados en una normalidad artificial creada por la represión” y a no se quedarse en “el sepulcro del silencio paralizados por los miedos”.

“No acepten el sepulcro que mata el futuro y deja todo en manos de los tiranos. Hoy Dios le dice a nuestro pueblo oprimido, temeroso o desterrado: Pueblo mío, sal fuera. Déjate tomar por mi mano y lucha sin cansarte. Tu vocación es la libertad; tu vida está hecha para el amor y la solidaridad; tu sueño más hermoso es la paz cimentada en la justicia”, expresa.

Así mismo, les anima a seguir soñando y luchando de la mano de Dios, quien no ha dejado solo a su pueblo. “Confíen y sigan luchando. Hay futuro, hay esperanza. Confíen en mí, dice el Señor, pero confíen también en ustedes”, manifestó el jerarca católico.