Monseñor Silvio Báez: “Quienes se imponen por la fuerza, están ya derrotados”

En su homilía dominical, el obispo Auxiliar de la Diócesis de Managua, Monseñor Silvio José Báez, se refirió a los gobiernos que se imponen a la fuerza y la utilizan para oprimir a los pobres.

La palabra de Monseñor Silvio Báez llega dos semanas después que el régimen de Daniel Ortega realizara sus elecciones y legitimas y que más de  50pàíses desconociera la Farsa Electoral.

Para el obispo Báez, quienes se imponen por la fuerza, están ya derrotados, “quienes se creen fuertes porque son agresivos y humillan a los demás, lo único que hacen es mostrar su debilidad”.

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Un panorama que vive Nicaragua desde abril de 2018, cuando Daniel Ortega y Rosario Murillo ordenaron la represión contra civiles, dejando un saldo de más 350 víctimas fatales, según el más reciente informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

El religioso desde su exilio en Estados Unidos, habla sobre los poderes fácticos y las dictaduras que han sometido a los pueblos, amparados en la fuerza, en su mensaje religioso compara la historia de El Rey Pilato con un contexto muy similar a la dictadura Sandinista.

“Como todos los tiranos del mundo, Pilato es un pobre hombre, esclavo de los juegos de poder, incapaz de discernir lo justo de lo injusto, dispuesto a hipotecar su conciencia con tal de conservar sus privilegios y su poder”, dice este Báez.

Monseñor advierte que “Los poderosos que arrebatan la libertad a los pueblos y los dominan porque tienen las armas ejercen un poder ilegítimo que tarde o temprano terminará”

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Agrega: “Quien ha hecho de la corrupción un estilo de vida y se ampara en ella está condenado a no conocer nunca la verdad”, una realidad a la que vive los gobernante nicaragüenses, que han utilizado el erario publico para su enriquecimiento, reprimir y violar derechos humanos.

Monseñor Silvio Báez alentó a los nicaragüenses a mantener la fe puesta en Dios, recordando que “el reino de Jesús no es violento, ni se impone con la violencia. Nada violento es eterno. Por eso, el reino de Jesús es eterno”.