Opositores: Aumento salarial es una burla e intenta aplacar descontento por “barridas” a trabajadores

Este miércoles 23 de octubre la dictadura de Nicaragua informó que a partir del próximo pago del mes de noviembre, todos los trabajadores del Estado en nómina fiscal recibirán un pírrico aumento salarial del 4%. Con este incremento opositores coinciden que es una “burla” a los trabajadores del Estado con el que pretenden “aplacar el descontento” por barridas de empleados que ha habido en las diferentes instituciones públicas.

La “inversión” total supone los 303 millones 314 mil 642.66 córdobas, según la vicedictadora Rosario Murillo. El reajuste salarial se da a un año del último aumento que fue de 3% y 7%, según las instituciones.

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La vicedictadora sandinista informó que los trabajadores públicos el salario mínimo ya no será de 7,419 córdobas como fue estipulado en febrero pasado por el Ministerio del Trabajo (Mitrab), sino que pasará a 8,334.52 córdobas.

Para Juan Diego Barberena, abogado e integrante de la Unidad Azul y Blanco (UNAB) y miembro del directorio de Monteverde, expresó que el aumento salarial a los empleados públicos se debe más a una cuestión de la dictadura por tratar de disminuir las renuncias y el descontento en el sector gubernativo.

“El aumento del 4% a los salarios de los trabajadores del Estado, es una medida que intenta aplacar o evitar que aumente el descontento de los trabajadores públicos en virtud a la barrida que ha habido en toda la administración publica, la vigilancia de policía a los trabajadores del Estado. Esto pretende evitar la decepción que ha ido en aumento al interno de la misma dictadura”, puntualizó Barberena.

Aseguró que la nueva orden es por el descontento manifiesto en las instituciones estatales y lo que quieren hacer es “una compensación económica contrapuesto a la necesidad de libertad, contrapuesto a la meritocracia, a la necesidad de seguridad laboral”.

Ajuste salarial no alcanza ni para la canasta básica

El raquítico incremento del salario mínimo a los trabajadores gubernamentales no les permite costear el alto valor de la canasta básica; “es una burla a los trabajadores del Estado”, dijo Héctor Mairena, opositor y dirigente del Movimiento Político Unión Democrática Renovadora (UNAMOS, antes, MRS).

“Esto de ninguna manera va a tranquilizar o va a conformar a los trabajares del Estado que a parte de tener salario de hambre, viven del asecho, la vigilancia y el chantaje político por parte de la dictadura sandinista en las diferentes instituciones”.

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La  canasta básica en Nicaragua pasó de costar 19,800.85 córdobas en diciembre de 2023 a 21,019.41 córdobas en julio de 2024.

El comportamiento alcista de los productos considerados esenciales para cubrir las necesidades mínimas es “desmesurado” en comparación al pírico aporte de la dictadura en los sueldos de sus empleados, puesto que el salario promedio no equivale ni a la mitad del precio de la cesta.

La canasta básica sigue siendo inaccesible para quienes cobran el sueldo mínimo que, según el sector económico, varía entre 6,027 córdobas y 12,803 córdobas, siendo 8,500 el salario promedio.

Por ejemplo, para una persona que trabaja en la pequeña industria artesanal o en turismo tiene un salario mensual de 6.027 córdobas, uno de los más bajos del sector, éste “no cubre ni la tercera parte de las necesidades básicas de su familia. Solo alcanza a cubrir el 29 por ciento”, según un informe realizado por la Fundación Puentes para el Desarrollo.

Los empleados públicos corren con la misma suerte, pues a pesar que el salario mínimo para ellos ya no es de 7,134, sino de 8,334.52 córdobas, no les alcanza para costear los 23 productos más básicos o consumidos de la cesta familiar.