Jesuitas: cancelación de personería jurídica se llevó a cabo sin derecho a legítima defensa

La Provincia de Centroamérica de la Compañía de Jesús condenó este miércoles 23 de agosto la cancelación de la personería jurídica de la Asociación Compañía de Jesús de Nicaragua, días después que la dictadura sandinista ordenara la confiscación y expulsión de los jesuitas que residían en las oficinas, ubicadas contiguo a la Universidad Centroamericana (UCA), también confiscada.

La cancelación de la personalidad jurídica de la institución jesuita, “se llevó a cabo sin dar oportunidad a la legítima defensa por parte de los Jesuitas y sin que haya una instancia judicial imparcial que juzgue y frene estos abusos de autoridad, totalmente injustificados y arbitrarios”, dicta el comunicado de la Compañía de Jesús.

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La decisión de la dictadura ocurre en un contexto de represión sistemática calificada como “crímenes de lesa humanidad” por el grupo de expertos independientes sobre Nicaragua de las Naciones Unidas, lo que confirma que todos los atropellos cometidos por la pareja dictatorial Ortega-Murillo están encaminando al país al pleno establecimiento de un régimen totalitario.

La Compañía de Jesús responsabilizó a los Ortega-Murillo por estar “cohonestado” a los recientes hechos que ponen en peligro la educación superior de calidad en el país y las “condiciones de independencia y neutralidad del poder judicial que le permita tomar medidas para frenarlos, revertirlos y sancionarlos”.

Asimismo, la red jesuita instó a las autoridades nacionales al cese de la represión y exigió a la dupla sandinista a que acepte la búsqueda de una solución racional en la que “impere la verdad, la justicia, el diálogo, el respeto de los derechos humanos, el Estado de derecho, el respeto a la libertad y total integridad de los jesuitas y las personas que colaboran con ellos”.

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La institución religiosa recordó a las víctimas y asesinados durante las protestas antigubernamentales de 2018 por el aparato represor de la dictadura, por lo que esperan que la justicia repare un poco el daño que ha causado la familia Ortega Murillo.