Monseñor Báez llama a no normalizar la cárcel y el destierro “como ley de un tirano”

En su homilía de este domingo, el obispo auxiliar de Managua, Monseñor Silvio Báez, llamó al pueblo a no someterse a las humillaciones del “tirano” nicaragüense, Daniel Ortega, quien ha pretendido atornillarse en el poder mediante la violencia y desafiando la voluntad de Dios al imponer su autoritarismo desterrando a quienes se opongan a su discurso oficialista, como fue el caso reciente de 12 sacerdotes católicos expulsados de Nicaragua hacia Roma.

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En referencia a aquella frase de Jesús, “den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”, Monseñor Báez recordó que ningún gobernante del mundo “puede pretender ser dios y señor del ser humano”, ni mucho menos creerse dueño de las libertades de un pueblo que se levanta en contra de la opresión, la violencia y el despotismo.

Al cuestionar la violación a los derechos humanos, el jerarca católico dijo que “los pueblos no pueden resignarse a vivir doblegados ante ningún poder opresor e inhumano”, y en su lugar llamó a “exigir respeto a todas las libertades ciudadanas”, así como “denunciar los atropellos de quienes se presentan como pequeños dioses y arrebatan la libertad a sus pueblos” porque los tiranos “no son dioses, ni poderes invencibles”.

“Ningún César de este mundo, ni los faraones del pasado, ni los dictadores de hoy, pueden exigir lo que solo pertenece a Dios. No podemos tolerar que nadie se haga dueño de nuestras conciencias ni nos arrebate nuestra libertad. Nadie puede imponerles a los pueblos en modo despótico su voluntad, ni someterlos con violencia para perpetuarse en el poder, gozar de privilegios absurdos y enriquecerse sin medida”, reconoció el obispo nicaragüense.

Denuncia destierro forzado

En un contexto en que el destierro y la cárcel en Nicaragua se han convertir en la nueva estrategia política de Ortega y Murillo para acallar a sus opositores, este domingo el obispo Báez pidió no someterse a la voluntad de los tirados quienes mediante la violencia y la represión, han impuesto temor entre los pueblos.

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Además, advirtió que “si permitimos que nos arrebaten la dignidad, controlen nuestra conciencia y anulen nuestra libertad, no solo nos estaríamos resignando pasivamente a una dominación humillante, sino que estaríamos contradiciendo lo que nos enseña hoy Jesús” que “ningún César es Dios (y) ningún tirano es divino”.

“No aceptemos como ley la voluntad de un tirano, no nos resignemos a ver como normal la cárcel o el destierro que los dictadores imponen a quien piensa, habla y actual con libertad, no dejemos que el miedo nos haga pensar que los dictadores endiosados son invencibles”, afirmó.

Monseñor aseguró que cuando un régimen como el de Nicaragua que destruye el estado de derecho, se coloca por encima de la ley, atropella los derechos humanos, manipula la justicia y reprime con violencia, pero sobre todo, busca “deslegitimar la voz de la Iglesia en cuestiones sociales”, es importante “no quedarnos pasivos y resignados”.

“Las palabras de Jesús hoy son una invitación a recuperar la dignidad y la libertad humana que solo Dios nos puede regalar. Los seres humanos no pertenecemos a ningún poderoso”, finalizó Báez.