Monseñor Báez señala que “deseo enfermizo de poder” es de auténticos tiranos y regímenes de terror

En medio de guerras, esclavitud, sometimiento y ambición de poder en el mundo, este domingo el obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, hizo referencia a los gobiernos y dictaduras que asumen la “codicia sin límites” convirtiéndose en seres “egoístas e insensibles” que utilizan la violencia para hacerse de los bienes ajenos y conservar su autoritarismo a través de “regímenes de terror”. 

La parábola de Jesús de este domingo habla de un hombre que era propietario de una viña, que él mismo había plantado con mucho esmero y cuidado, sin embrago, “un día el dueño de la viña tuvo que irse de viaje y arrendó la viña a unos viñadores” quienes después se apropiaron con violencia y criminalidad de esta viña.

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En ese sentido, el obispo católico recuerda que en la actualidad los poderosos se adueñan de los bienes privados utilizando su ambición y violencia que los caracteriza, como es el caso de la dictadura de Daniel Ortega, quien a diario ordena confiscar y robar bienes privados mediante la fuerza de la sancionada Policía sandinista, que es el principal brazo represor de Ortega Murillo.

Esa es “la ambición desenfrenada de poseer y de querer tener siempre más. No ponen límite a su voracidad, hasta el punto de que llegan a apoderarse de los bienes que pertenecen a otro”, aseguró Báez.

“Cuando la ambición, la codicia sin límites y la avidez se apoderan de nuestro corazón, nos volvemos egoístas, insensibles, duros, capaces de usar hasta la violencia con tal de conservar y aumentar los propios bienes. La ambición es un veneno para la vida humana y para la convivencia”, agregó.

Los “auténticos tiranos”

El obispo Báez recordó que el “deseo enfermizo de poder” convierte a las personas en “auténticos tiranos” que utilizan la “agresividad y la violencia” para hacerse del poder frente al sufrimiento de los pueblos. En Nicaragua, la dictadura ha instalado un Estado de facto y policial para reafirmar su plan dictatorial de quedarse en el poder de forma indefinida como es el caso de Cuba y Venezuela.

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Monseñor no se refirió a ningún gobierno, pero ejemplificó el caso de Nicaragua de que muchos tiranos utilizan “leyes” para convertir sus deseos “desquiciados” en dueños del poder, y lamentó que “la historia siga en manos de gente que no piensa más que en hacer sufrir, robar, encarcelar, exiliar o matar”.

Desde 2018, Ortega ha inventado un sinnúmero de leyes para perseguir a sus opositores, encarcelarlos, torturarlos y luego desterrarlos para robarles sus propiedades, además de mandar a asesinar a su mismo pueblo.

“Cuando en la sociedad el deseo enfermizo de poder se apodera de las personas las puede convertir en auténticos tiranos, que no dudan en convertir en ley sus oscuros y desquiciados deseos a través de regímenes de terror asentados en la agresividad y la violencia”, señaló Báez.

En medio de un oscuro futuro para los pueblos sometidos por tiranos, Báez hizo un llamado a estar “atentos cuando nos empezamos a dejar llevar por la ambición de tener y tener cada vez más”. Explicó que “el afán de poseer va unido a la ambición de poder” y que en cualquier momento “empiezan a surgir en nosotros deseos de imponernos sobre los demás”, lo que resulta contradictorio a la “Ley de Dios” porque “no somos dueños de ninguna persona ni de ningún pueblo”.

“En lugar del veneno de la ambición, dejemos que fluya en nosotros el agua fresca de la solidaridad y la caridad; en lugar del veneno del poder enfermizo, embellezcamos los campos del mundo con el servicio y la fraternidad”, finalizó.