A un año que la Policía secuestró a monseñor Álvarez y lo acusó de “ejecutar actos de odio”

Este 4 de agosto, cuando la imagen de Santo Domingo de Guzman recorre con festejo los principales barrios orientales de Managua, la feligresía católica recuerda con desahogo y lamentos el primer aniversario del secuestro ilegal del obispo de Matagalpa y Administrador Apostólico de Estelí, Monseñor Rolando Álvarez, quien ahora permanece en cautiverio dentro de las mazmorras de “La Modelo”, en Tipitapa.

El obispo del pueblo, como lo llaman en Nicaragua, siempre ha defendido la verdad, la justicia y la paz del país, y se ha mostrado en contra de la violencia y las armas. Desde la rebelión cívica de 2018, monseñor Álvarez se ha sentado de cerca al pueblo que sufre la represión y los atropellos a la dignidad humana. Su postura firme e irreprochable, lo llevó al encierro y la persecución de un régimen sacrílego, como lo tildó el padre Edwing Román, de Masaya.

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Desde su exilio en Estados Unidos, el sacerdote Román, quien también fue víctima de los secuestros y la violencia dirigida por la dictadura a través de la sancionada Policía, dijo que “queda como mancha en la historia de Nicaragua que una dictadura sacrílega encarcela injustamente a un Obispo, Monseñor Álvarez”, quien a su criterio, ha dado “su vida abnegadamente en un servicio ministerial”.

“Me causa tristeza el silencio en algunos miembros de mi Iglesia. No quiero una Iglesia sumisa y sometida”, señaló el líder religioso en sus redes sociales en referencia al llamado que la misma feligresía le hace a la Conferencia Episcopal (CEN) para que se pronuncie y demande la libertad del obispo de Matagalpa.

Este viernes, en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud 2023 que se realiza en Lisboa, Portugal, el sumo pontífice de la iglesia católica, el Papa Francisco, reveló que siguen “tratando de negociar” la liberación de Monseñor Álvarez, a pesar del último intento que hizo un enviado del Vaticano para sacar al religioso del país, a inicios del pasado mes de julio.

En este contexto de oscuro panorama para la iglesia católica en Nicaragua, sobre todo para el obispo del pueblo, la dictadura ha preferido darle lugar a la iglesia evangélica y a predicadores cristianos para que realicen campañas de adoración y prédicas en escenarios patrocinados y promocionado por las alcaldías sandinistas.

“No es una casualidad”, dice Miguel Mendoza

Para el periodista y ex reo político desterrado a Estados Unidos, “no es una casualidad” que el pastor evangélico y escritor guatemalteco, a quien tildó de ‘mercader de la religiosidad’, Cash Luna, “haya sido contratado por la dictadura para la Cruzada Evangélica ‘Noche de Gloria’ de hoy viernes y mañana sábado en Plaza La Fe, justamente el mismo día que se cumple un año del secuestro de monseñor Rolando Álvarez”.

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“Los carniceros del Carmen quieren disfrazar ante el pueblo creyente la infamia de tener en la cárcel a nuestro gigante obispo”, criticó Mendoza en su perfil de twitter.

En ese sentido, el ex embajador de Nicaragua ante la Organización de los Estados Americano (OEA), Arturo McFierlds, en entrevista a Nicaragua Actual reconoció que monseñor Álvarez “luce gigante ante la pequeñez de sus verdugos” al cumplirse un año de su secuestro, y aseguró que su liberación está cerca porque su encierro sigue siendo un acto “criminal y diabólico” de parte de la dictadura.

“Monseñor Rolando Álvarez luce gigante ante la pequeñez de sus verdugos; no han podido quebrarlo. Su ejemplo de resistencia y dignidad es admirado por creyentes y ateos. Creo que cada día que pasa la libertad de monseñor Álvarez está cada vez más cerca, no tiene justificación su encierro, es ilegal, es criminal y es diabólico”, indicó.

Hace un año, la Policía orteguista confirmó la situación de “casa por cárcel” para el obispo señalado de criticar a la dictadura sandinista durante sus sermones religiosos, y aseguró mediante un escueto comunicado que monseñor Álvarez estaba siendo “investigado” por supuestamente organizar grupos violentos e incitarlos “a ejecutar actos de odio contra la población”.

Sin embargo, fue hasta la madrugada del 19 de agosto de 2022, que la Policía ingresó con lujo de violencia a la Curia de Matagalpa y secuestró al obispo junto a los sacerdotes y seminaristas que lo acompañaban. Todos fueron llevados a Managua, al “Nuevo Chipote”, con excepción del obispo, quien habría sido llevado a casa de sus familiares en el kilómetro 17 de la carretera a Masaya. Meses después, la dictadura confirmó su condena de prisión por diferentes delitos políticos y comunes.

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“Condena sin juicio”

El ex funcionario judicial y exiliado en Estados Unidos, Yader Morazán, evidenció desde sus redes sociales que el caso del obispo católico carece de legalidad al constatar que se le condenó sin juicio, además que su caso constituye un crimen de lesa humanidad por la “privación grave de libertad física” establecido en el artículo 7.1 del Estatutos de Roma.

El experto en derecho penal afirmó que “Monseñor Álvarez se quedó esperando a que le hicieran aunque sea una simulación de juicio, pero ni él ni su abogada, ni los testigos fueron llevados a los juzgados ni a deponer mentiras, y supo de su condena de 26 años, hasta el día que lo exhibieron”, la tarde del día 25 de marzo pasado, cuando recibió la única visita de sus familiares que se le ha permitido la dictadura hasta la fecha.

“Todos sabemos que las dictaduras inventan cualquier cosa para secuestrarte. No obstante, esta es una dictadura guaranga que no se preocupan ni por aparentar legalidad, pese a tener todo para fabricarte un caso”, afirma Morazán.

Entre la “pruebas” que la dictadura presenta para condenar al obispo están; videos de homilías, tuits y entrevistas a medios de comunicación, además de los supuestos testimonios del sub oficial Antonio Gutiérrez Valverde, “Especialista” de Delitos Informáticos, y del teniente Xavier Alberto Corea Martínez, Jefe del departamento de Delitos informáticos.

“Es importante resaltar que Monseñor lleva 365 días Privado de su libertad física y religiosa, fue sometido a un proceso en ausencia el que se le negó hasta el derecho conocer de su condena y el derecho de Apelar. Todo por predicar con la verdad, acompañar a su rebaño y negarse a ser expulsado del país junto a 222 Presos Políticos”, finaliza Morazán.