CPDH: monseñor Álvarez y obispo Báez siempre han defendido la justicia y la paz

El director ejecutivo de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), Marcos Carmona, este jueves defendió la misión evangelista de monseñor Rolando Álvarez, de Matagalpa, y del obispo Silvio Báez, de la Arquidiócesis de Managua, a quienes la dictadura ha intentado desprestigiar con campañas de odio en contra de sus labores pastorales y de defensa a los derechos humanos del pueblo nicaragüense.

En entrevista a Panorama Nicaragua, Carmona destacó que ambos jerarcas de la iglesia católica deberían ser galardonados con el Premio Nobel de la Paz, por el compromiso que tienen en la defensa del pueblo nicaragüense. Por ello, como organización de DD.HH., mantienen una campaña permanente para nominar a ambos obispos a este reconocido premio internacional.

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“Si logramos que salgan nominados o les den el Premio Nobel de la Paz, estaríamos demostrando que el pueblo quiere la paz. Sería trascendental que los obispos sean nominados y se les de el premio, sería una bendición de Dios”, destacó Carmona.

El director de la CPDH dijo que tanto monseñor Álvarez como el obispo Báez, están “comprometidos con la doctrina social de la iglesia que es promulgar el evangelio, que es señalar las arbitrariedades y abusos que se cometen en cualquier gobierno”. Asimismo, dijo que ambos religiosos -con espíritu de iglesia- tienen un compromiso “para que prevalezca la verdad, la justicia, la armonía, y sobre todo, que prevalezca la paz”.

“Definitivamente tienen todos los méritos necesarios para promoverlos y reiteramos que ese compromiso de ellos es desde que se ordenaron sacerdotes, es decir, desde que iniciaron su labor pastoral”, agrega.

Dictadura en contra de la iglesia y sus autoridades

Por otro lado, el abogado nicaragüense recordó que la dictadura sandinista pretende lograr que en Nicaragua “no haya activismo” dentro de la iglesia católica al recordar el atentado que sufrió la imagen de la Sangre de Cristo, el 31 de julio de 2020. Además, rememoró los hechos violentos y agresiones en contra de los sacerdotes y los obispos durante el primer periodo de gobierno del sandinismo, en la década de los 80.

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“La dictadura pretende que no haya obispos, que no haya esa iglesia activa que defienda los derechos humanos. Insisto que este odio de la dictadura no viene desde 2018, hay que recordar la historia de los 80, que hubo masacres, torturas y que muchos obispos fueron desterrados”, expresó.

Carmona también valoró como “intentos de ahogar a la iglesia” las embestidas represivas de los Ortega y Murillo en contra de los sacerdotes, a quienes les congeló sus cuentas bancarias por supuesto lavado de dinero. No obstante, señala que la iglesia tiene 2 mil años de existir y nunca ha sido destruida.

“Quieren doblegarla pero no va a pasar, ya son 2 mil años que la iglesia ha mantenido su posición firme por los pobres, por los desposeídos, para que haya paz, y estamos seguros que la iglesia va a sobresalir porque la tiranía siempre tiene su fecha de caducidad”, manifestó.

“Todos estos actos en contra de la iglesia, los sacerdotes y obispos, definitiva es parte de que quieren doblegarla y que no haya voz que este representando al pueblo nicaragüense”, finalizó.