Obispo Silvio Báez celebra su cumpleaños número 65 bajo destierro obligado

El jerarca católico es uno de los más preparados de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, pues también es doctor de las Sagradas Escrituras y exégeta, una especialidad que consiste en descubrir lo que significó originalmente el texto bíblico y explicarlo en su lenguaje primitivo.

El líder religioso también es reconocido por su labor como miembro de la orden de los Carmelitas Descalzos y por su sacerdocio en diferentes países como Costa Rica, Guatemala, España, México, Argentina, Estados Unidos, Italia y Perú.

Blanco de ataques

El Obispo Silvio Báez ha sido uno de los principales críticos que ha denunciado los crímenes y abusos cometidos por Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, contra ciudadanos manifestantes y feligreses católicos en los últimos años.

Desde entonces, el jerarca católico ha sido blanco de los ataques e improperios lanzados por el binomio sandinista, no sólo desde 2018, sino, años desde su nombramiento como Obispo Auxiliar en 2009.

En 2013, Silvio José Báez sostuvo un primer encontronazo con las turbas sandinistas luego que estos golpearan a un grupo de adultos mayores que protestaron por una pensión reducida.

Las turbas sandinistas se apostaron frente a las instalaciones del centro comercial Plaza Inter con un altoparlante y utilizando camisetas con los líderes del Frente Sandinista. Báez junto al Cardenal de Managua, Leopoldo Brenes, llegaron hasta el sitio para pedirles a los militantes la paz y la tranquilidad.

“En nombre de Dios no creemos más tensión, esa música a alto nivel, cuando hay muchas personas sufriendo y muchos golpeados, no es algo que contribuirá a la paz”, dijo Báez mientras era interrumpido por los turberos quienes le gritaban: “Queremos la paz”,  al igual que lo hicieron con el Papa Juan Pablo II durante su primera visita a Nicaragua, en los años 80, mientras el país se enfrentaba a una guerra civil entre el Frente Sandinista y los llamados Contras.

Obligado al exilio

El líder eclesiástico durante las protestas de 2018 en contra del régimen Ortega Murillo se convirtió en una de las voces más críticas y disonantes en contra del gobierno dictatorial, pues denunció a través de sus redes digitales y desde el púlpito parroquial, los más de 350 asesinatos nicaragüenses ese año.

Uno de los episodios que marcó los corazones de quienes exigían justicia y el cese de la violencia estatal, fue cuando Monseñor Báez fue herido en su brazo por turbas sandinistas que ingresaron a la fuerza en la Basílica Menor de San Sebastián en Carazo.

El religioso viajó a la ciudad junto a una delegación encabezada por el entonces Nuncio Apostólico Waldemar Sommertag, para atender el llamado de jóvenes heridos que se encontraban refugiados en la Basílica. Sin embargo, estos fueron recibidos por una estampida de militantes y serviles sandinistas con empujones, golpes e insultos.

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Los ataques y amenazas nunca cesaron, hasta que fue obligado al exilio por una orden de asesinato en su contra, girada por la dictadura sandinista. Desde entonces el obispo Báez ha celebrado, año con año, su cumpleaños desde su refugio en Estados Unidos.

Cinco años después de la rebelión de Abril y constantes agresiones, el religioso fue incluido en la lista de desterrados y desnacionalizados por la pareja dictatorial en febrero de este año, tras ser acusado como “traidor a la patria”.