Monseñor Silvio Báez: la ceguera ideológica ante la verdad nos impide ver caminos nuevos

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Durante la eucaristía en la Iglesia Santa Ágata de Miami, en este tercer domingo de pascua, el obispo auxiliar de Managua, Monseñor Silvio Báez, meditó en su homilía en el pasaje bíblico de San Lucas, sobre los dos discípulos que regresaron tristes y desilusionados a Emaús, luego de la crucifixión de Jesús.
“Cuando nos dejamos dominar por la desesperanza y la tristeza o nos sentimos cansados de luchar, la gran tentación es volver a Emaús, es volver atrás y dejar de esperar”, dijo Monseñor Báez ante la feligresía católica de esa ciudad.
Tras detallar que Jesús se apareció mientras los dos discípulos iban conversando, el líder católico expresó que “a veces podemos pensar que hablar entre nosotros de lo que nos preocupa y de lo que estamos viviendo es inútil, o que conversar sobre los problemas sociales es una pérdida de tiempo.
“Hablar, compartir, discutir de la vida personal y social es bueno y es sano. Nos ayuda a ser honestos con la realidad, por dura, dolorosa o vergonzosa que sea. Y eso hace bien”, resaltó y agregó que quedarse en la pasividad y la nostalgia del pasado impide la presencia de Jesús en nuestras vidas. Así mismo, el uso de un lenguaje hipócrita, la palabra destructiva y el discurso con el que descalificamos a los demás.
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Pueblos no están abandonados por Jesús
Monseñor Silvio Báez dijo que Jesús Resucitado “es el infatigable caminante, lleno de amor y comprensión, que camina siempre con nosotros, sin abandonarnos jamás”. Sus palabras las hace en referencia a que “la humanidad va caminando en la historia, a veces con mucha incertidumbre y fatiga, pero nunca en completa soledad. Los pueblos caminan llenos de dolor y de incertidumbre, pero nunca abandonados”.
“La presencia del Señor Resucitado en nuestra propia vida personal y en la historia de los pueblos, nos ofrece razones para esperar y nos da nuevas fuerzas para seguir viviendo y luchando”, enfatizó en su prédica y añadió que hay que convertir la vida en oración.
Así mismo, el líder católico señaló que “cuando nos apegamos a determinados esquemas mentales con rigidez, ya no somos capaces de volver a empezar. Cuando nos cegamos ideológicamente, ya no vemos caminos nuevos y nos cerramos a la verdad. Algunas ideas se arraigan tanto en nosotros, que nos encierran en el pasado, nos hacen intransigentes y nos impiden transitar por caminos nuevos”.
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Monseñor Báez explicó ante la feligresía que los fracasos pueden convertirse en nuevo estímulo para seguir luchando; los errores se pueden transformar en una enseñanza para enderezar el camino; la tristeza y el desánimo se pueden volver provocación y fortaleza para cambiar la vida y la historia.
“Jesús nos hace desandar los caminos del miedo y de la duda, del fracaso y de la tristeza. Jesús nos libera de la tentación de huir a Emaús sin esperanza, nos envía hacia los demás y nos vuelve a insertar en la historia. Llenos de la presencia de Jesús, caminaremos por el mundo, anunciando su palabra y compartiendo su fuego, contagiando de alegría y sembrando esperanza en todos los corazones”, dijo en su homilía Monseñor Báez.