Dictadura ahuyenta inversión privada e incrementa desempleo con disolución de cúpula empresarial

El economista nicaragüense, Enrique Sáenz, devela un “lamentable y aterrador” panorama económico para Nicaragua tras la nueva medida política del régimen sandinista de disolver por completo la cúpula empresarial más importante del país; el Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP) y 18 cámaras que la integran.

En entrevista a Nicaragua Actual, Sáenz señaló que Daniel Ortega “arrastra a Nicaragua” al aislamiento económico, aparte de lo político que ya evidencia las desgracias que azotan al país, que podría acabar en consecuencias fatales a corto plazo como son el desempleo, la falta de inversionistas y el temor de muchos empresarios de continuar operando en Nicaragua.

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Parece ser que el régimen sandinista no aprecia entre sus decisiones la importancia del dinamismo económico en Nicaragua y el aporte de la empresa privada para levantar al país en medio de crisis internas y externas que acaban con las economías, inclusive, las más poderosas del mundo.

Para el economista, el arrebato de eliminar 19 cámaras de la empresa privada, incluyendo la madre de todas, representa un “mensaje nefasto para inversionistas internacionales, y para inversionistas y empresarios nacionales, independientemente del tamaño que sea”.

“Indudablemente esto va a repercutir en primer lugar en la actividad económica del país porque cada dólar, cada córdoba que estaba destinado a invertirse, ahora los empresarios de todo tamaño van a pensarla dos veces y si no hay inversión privada, tampoco hay empleos, tampoco hay salarios”, explicó Sáenz.

“En consecuencia, el golpe no sòlo es para el sector empresarial, el golpe también es para los asalariados, los trabajadores por cuenta propia que van a resentir esta medida”, agregó.

Impactos a corto plazo

El economista nicaragüense recordó que la cancelación de personalidad jurídica de la cúpula empresarial y sus cámaras que la integran se suma a la aniquilación de la Asociación de Bancos Privados de Nicaragua (ASOBANP), a la que Ortega despojó de su legalidad el pasado 3 de febrero, a través del Ministerio de Gobernación (Migob).

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Con estas cancelaciones, el régimen sólo busca “ahuyentar” las inversiones privadas que son necesarias para el crecimiento económico del país. “¿Qué inversionista serio va a arriesgar un dólar, 10 dólares, un millón de dólares frente a un gobierno que no respeta ningún derecho?”, cuestionó Sáenz.

A su criterio, no existen garantías jurídicas ni financieras que respalden la confianza que los empresarios necesitan para invertir en Nicaragua, puesto que las nuevas políticas del sandinismo son “una amenaza al cuello” para los empresarios privados de carácter internacional y nacional.

“El impacto inmediato es que se disminuye la inversión y disminuyen las fuentes de empleo. Están enviado un mensaje tenebroso a inversionistas internacionales”, añadió.

Sáenz invitó a estar alerta sobre los posibles recursos financieros que entidades internacionales podrían inyectar a Nicaragua en medio de la nueva ola represiva contra la empresa privada. El experto hizo referencia al Banco Monetario Internacional (BMI), el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).

“Vamos a ver si se van atrever a seguir dando recursos financieros a esta dictadura”, advirtió el economista.