Félix Maradiaga habla del reencuentro familiar como “un cambio sano” para su vida

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Con un sonrisa en su rostro, el ex reo político y ahora desnacionalizado nicaragüense, Félix Maradiaga, se reencuentra con su esposa la periodista y activista, Berta Valle, a quien volvió a mirar después de 20 meses encarcelado dentro de las mazmorras de la dictadura en Nicaragua.
Valle y Maradiaga caminan sonrientes y abrazados. “Estoy muy feliz y agradecida con Dios”, grita la activista nicaragüense al recordar que el mayor anhelo de su hija Alejandra, de 9 años, era volver a estar con su padre.
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“Han sido meses muy difíciles; teníamos tres años de no podernos abrazar, estar juntos. Esto ha sido un milagro de Dios, entonces se pueden imaginar lo feliz que estoy (al) reunirnos con la familia nuevamente”, dice Valle en entrevista con Nicaragua Actual.
A pesar del sufrimiento por su privación de su libertad y las condiciones de torturas en las que vivía dentro de las cárceles del régimen, Maradiaga recuerda con mucha emoción el tiempo que ahora tiene para compartir con su hija y su familia, de quienes no desea volverse a separar.
“Ha sido una oportunidad para resignificar esa importancia de la familia, la importancia de darle tiempo a los hijos”, expresa con mucha felicidad.
“Cambio individual”: Félix Maradiaga
Para el opositor desterrado de Nicaragua, la lucha por “la libertad y la democracia” de su país sigue siendo fundamental, sin embargo, entiende que debe recuperar el tiempo con su familia y ver crecer a su hija, a quien dejó de 5 años y ahora cumple sus 9, para luego encargarse de la política.
“Ha sido una experiencia que me ha cambiado. Salir al reencuentro con mi hija, la dejé aquí en Miami de 5 años y la encuentro de 9 años, en las excelentes y amorosas manos de su madre, y también de su abuelita, pero la falta de presencia del padre no se puede explicar”, agrega.
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A su criterio, volver a encaminarse en “la lucha” por Nicaragua es retomar su vida en familia, pues considera que “el cambio empieza por el cambio individual”, por “construir familias sanas”.
“No es necesario pasar por el desierto atroz que es una cárcel, no hay que pasar por ese calabozo para poder construir democracia, hay que empezar por construir familias sanas; el cambio empieza por el cambio individual”, finaliza.