Mediante una entrevista al medio de comunicación católico EWTN Noticias, el padre José Luis Díaz Cruz, uno de los sacerdotes que estuvo encarcelado con el obispo de Matagalpa y Administrador Apostólico de Estelí, monseñor Rolando Álvarez, acusó a la dictadura sandinista de Daniel Ortega y Rosario Murillo de trabajar al lado del «demonio».
El padre Díaz Cruz fue uno de los religiosos que vivió en carne propia el cruel secuestro y las torturas ordenadas por el régimen Ortega Murillo en los calabozos del «Nuevo Chipote», en Managua.
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“…Al diablo no le gusta la oración. Le tiene temor a la Eucaristía, a la Santísima Virgen María y a San Miguel Arcángel. Sabemos que los que gobiernan nuestra patria (en) Nicaragua son, lamentablemente, personas que están con el demonio. No tienen a Dios en su corazón”, manifestó el religioso al medio católico.
El prelado adjudicó la persecución, hostigamiento y acoso contra la iglesia católica de Nicaragua al binomio sandinista a través de la sancionada Policía, quienes se encargan de asediar constantemente a los sacerdotes y a la feligresía durante actividades religiosas, sobre todo cuando se reunen para pedir por la libertad del «obispo del pueblo», como cariñosamente llaman a monseñor Álvarez.
Pese al asedio político, Díaz Cruz aseguró que la iglesia católica «en el silencio sigue rezando y nadie puede quitar el deseo de una persona de suplicarle al Señor por aquel sacerdote, obispo o laico que está preso”.
“No está prohibido orar por un obispo que está preso a causa de su fe y siento que en este momento él lo sigue haciendo desde la cárcel. Y el padre allí está contento, está feliz, consciente de que está en la verdad, y va a seguir ahí hasta que el Señor lo libere y le haga el milagro de sacarlo de ese lugar donde está privado de la libertad”, expresó el sacerdote.
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El padre Díaz Cruz fue desterrado por la tiranía Ortega Murillo en febrero pasado junto a otros 221 excarcelados políticos. Desde su expulsión de Nicaragua, Díaz Cruz reside en Michigan, Estados Unidos.