Tres sacerdotes de la Diócesis de León engrosan lista de desterrados por la dictadura

La dictadura sandinista Ortega Murillo pretende desaparecer a la iglesia católica del país al desterrar a otros tres nuevos sacerdotes pertenecientes a la Diócesis de León.

Los tres clérigos expulsados del país son: David Pérez, Ezequiel Buenfil y Erick Figueroa, estos dos últimos estaban asignados a la parroquia El Calvario- Nuestra Señora de los Desamparados de El Viejo, Chinandega. Mientras que Pérez era párroco de la iglesia Inmaculada Concepción de María de la ciudad de León.

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La expulsión de los sacerdotes se dio tras la cancelación de la personería jurídica de la orden religiosa Santísimo Salvador, ejecutada por el Ministerio del Interior el 16 de enero, mismos que ordenaron el despojo de todos sus bienes y pasarlos a nombre del Estado de Nicaragua.

La abogada e investigadora Martha Patricia Molina, denunció que dos días antes de la inhabilitación de la orden religiosa, los sacerdotes habrían sido objeto de persecución por parte de agentes policiales al servicio de los Ortega Murillo, cuando los religiosos culminaron de celebrar una misa en la parroquia Santo Tomás Apóstol en Corinto.

Entre los bienes que podrían ser confiscados son dos casas pertenecientes a la orden religiosa, ubicada en el Reparto Los Ángeles y otra situada en la parroquia Santísimo Redentor, en Chinandega, León.

 Otro sacerdote expulsado 

A menos de una semana de haber sido libertados y expulsados 19 sacerdotes, entre ellos obispos y sacerdotes de la iglesia católica de Nicaragua, el régimen sandinista detuvo el pasado 16 de enero al rector de Convento San Juan Neumann ubicado en Chinandega, padre Ezequiel Buenfil, confirmó la abogada e investigadora Martha Patricia Molina.

El secuestro del sacerdote ocurre el mismo día en que el régimen Ortega Murillo canceló la personalidad jurídica de nueve Organizaciones sin Fines de Lucro, entre ellas la Fundación Misioneros Consagrados del Santísimo Salvador a la cual pertenecía padre Ezequiel Buenfil, de origen mexicano.

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Existe una alta posibilidad que el padre Buenfil haya sido desterrado o expulsado del país al igual que más de 40 sacerdotes de las diferentes diócesis del país.