Vaticano: “no fue fácil” negociar libertad de religiosos con dictadura de Nicaragua

Para el mundo la liberación de los 2 obispos, entre ellos monseñor Rolando Álvarez, y de 17 sacerdotes y seminaristas, fue resultado de un “diálogo franco, directo y prudente” con la Santa Sede, como lo ha presentado hasta ahora la dictadura sandinista, sin embargo, recientemente el Canciller del Vaticano, arzobispo Paul Gallagher, informó que la liberación de los religiosos nicaragüenses “no fue fácil” para las autoridades eclesiásticas.

Durante una conferencia de prensa sobre los 200 años de la muerte del cardenal Ercole Consalvi, un símbolo de la diplomacia vaticana, el Arzobispo Gallagher reveló que el “diálogo franco” al que se refiere el régimen de Ortega y Murillo, no fue más que una “atadura” de la dictadura de Nicaragua frente a las negociaciones con la Santa Sede.

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Para el alto funcionario vaticano, la liberación de los religiosos era una misión imposible en Nicaragua, sin embargo, el destierro forzado fue la “solución” más simplificada que pudieron encontrar para sacar de las prisiones del régimen sandinista a todos los sacerdotes y obispos detenidos por razones políticas.

“Es claro que negociar cosas como la salida de estos sacerdotes de Nicaragua no fue fácil”, reveló.

Para la iglesia en Nicaragua solo fue un “diálogo”

Mientras la dictadura orteguista se adjudica la liberación y expulsión de los sacerdotes, en acuerdo con la Santa Sede, la arquidiócesis de Managua solo supo decir que “los caminos del señor son tan distintos a los nuestros y en determinadas situaciones nos pide una respuesta”.

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El cardenal Leopoldo Brenes, quien firmó el comunicado oficial, pidió orar por los religiosos desterrados “para que la gracia del señor nunca les falte y el Espíritu Santo les guíe en todos los momentos de su vida”.