Ortega abre paso a una posible confiscación a la UCA tras congelar cuentas bancarias

La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo asestó este miércoles un nuevo ataque en contra de los sacerdotes de la Compañía de Jesús en Nicaragua al ordenar congelar las cuentas bancarias a la Universidad Centroamericana (UCA), al cumplirse 14 meses de que el régimen sandinista a través del Consejo Nacional de Universidades (CNU), la despojara de su derecho constitucional del 6%.

En horas de la mañana de este 9 de agosto, las autoridades de esta universidad comunicaron a sus estudiantes -mediante un correo electrónico- que no estaban recibiendo ningún tipo de pago correspondiente a aranceles o servicios de ninguna de las instancias debido a “inconvenientes en nuestros canales y medios de pagos”. Horas después, se confirmó que el régimen ordenó cerrar las cuentas bancarias de la UCA.

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El medio digital DIVERGENTES logró confirmar mediante una fuente anónima vinculada al Ministerio de Gobernación (Migob) que han sido congeladas las cuentas de la universidad y de algunos de sus directivos sin que el régimen informara “si existe o no una investigación por el origen de los fondos”.

Hasta ahora, ambas partes han manejado la situación con mucho hermetismo y precaución, pues docentes y demás personal administrativo desconocen la magnitud de la medida represiva de la dictadura, más allá del correo institucional que dieron a conocer las autoridades de la UCA.

La UCA es una institución constituida por la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (AUSJAL), y que forma parte de 30 universidades en 14 países de la región que integran la red de instituciones de Educación Superior de los Jesuitas en Europa, Asia y Estados Unidos.

Intentan desaparecer a la UCA

Al congelarle las cuentas bancarias a la UCA, el dictador Ortega abre paso a una posible confiscación de esta universidad que tomó un papel muy importante, al igual que sus estudiantes, durante la rebelión cívica de 2018. El régimen intenta ahogar y desaparecer esta institución al imponerle más políticas represivas.

Se conoce que desde 2021, la UCA se encontraba en un proceso de acreditación ante el Consejo Nacional de Evaluación y Acreditación (CNEA), controlado por la dictadura. Se prevé que este proceso “obstaculice” la actualización de la directiva ante las instituciones del estado y los bancos.

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En marzo del año pasado, el régimen intentó ahogar a la UCA de manera económica tras retirarle el 6% constitucional luego que el régimen la separara del CNU y se aprobara una reforma a la Ley 89, Ley de Autonomía de las Instituciones de Educación Superior.

Además que el exrector, el padre José Idiáquez, y el vicerrector, Jorge Huete, fueron desterrados el año pasado cuando el régimen le impidió el regreso al país después de que realizaron viajes al extranjero. Desde entonces, la rectoría de la UCA la asumió el padre Rolando Enrique Alvarado López.