• Managua, Nicaragua
  • 3:05 pm
  • May 29, 2023

Padre Marcos Somarriba: El dolor de las madres de abril es un clamor de Dios

El padre Marcos Somarriba  párroco de la iglesia Santa Ágata, en Miami, Estados Unidos celebró este domingo una misa dedicada a las madres de abril que perdieron a sus hijos el 30 de mayo del 2018 cuando fueron asesinados durante la marcha denominada “la madre de todas las marchas” y fueron atacados por policías y […]
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El padre Marcos Somarriba  párroco de la iglesia Santa Ágata, en Miami, Estados Unidos celebró este domingo una misa dedicada a las madres de abril que perdieron a sus hijos el 30 de mayo del 2018 cuando fueron asesinados durante la marcha denominada “la madre de todas las marchas” y fueron atacados por policías y paramilitares. 

“Las lágrimas de las madres derramadas por el asesinato de sus hijos son un clamor a Dios como la sangre de Abel asesinado en manos de su hermano Caín”, expresó el religioso en esta ceremonia donde asistieron algunas madres de abril y victimas de la represión.  

Durante su homilía este sacerdote mostró su solidaridad con las madres de abril y dio palabras de aliento al recordar esa masacre perpetrada por Ortega Y Murillo quienes dieron la orden de atacar esta marcha donde miles de nicaragüenses pedían justicia por las víctimas de la represión. 

“Las madres salieron a marchar en Nicaragua por sus hijos y a sus hijos se los mataron ese día, eran chavalos ¿Quién me dice que este no es un cipotito? Miren!”, en referencia a Alvarito Conrado, el niño mártir de las protestas asesinado en los alrededores de la Catedral Metropolitana de Managua cuando llegó a dejar agua a los manifestantes. 

“Álvarito conrado murió diciendo no puedo respirar. En Nicaragua, Cuba y Venezuela siguen sin respirar”, dijo el padre Somarriba. 

Además agregó que “La sangre de estos niños y el dolor de las madres es un clamor hacia Dios, como lo fue la sangre de Abel cuando lo mató su hermano”.

En su homilía también dijo al pueblo santo de Dios que “Siempre hemos escuchado desde este púlpito una frase de esperanza para todos los pueblos de Latinoamérica, para nuestros dolores y sufrimiento.  Un pueblo crucificado va a resucitar un día también, los dolores de la injusticia dejarán de existir , la muerte de los inocentes se convertirá en abono de  vida de sus pueblos. Dios nos ha dotado de todo lo necesario para hacer una sociedad mejor, una patria y un mundo mejor y justo para todos”.

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