Dictadura sandinista expulsa a Hermanas Dominicas que administraban asilo de ancianos en Rivas

La dictadura sandinista de Daniel Ortega y Rosario Murillo expulsó a dos hermanas Dominicas de la Anunciata de Rivas que atendían el Asilo de Rivas López Carazo; un lugar que albergaba a adultos mayores en estado de vulnerabilidad, confirmó el medio Intertextual.

Las religiosas, de origen costarricense, que fueron expulsadas por Ortega y Murillo son la Madre Rosario Blanco y la hermana Isabel; ambas dirigentes del asilo de ancianos de Rivas, confirmó el medio antes mencionado.

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Una fuente de la Diócesis de Granada que prefirió el anonimato, aseguró a Intertextual que el régimen de los Ortega Murillo llegó hasta la casa hogar para informarles a las monjas que les daban pocas horas para abandonar el país.

Las hermanas, sin tiempo de empacar sus pertenencias que estaban dentro del asilo, fueron expulsadas hasta la frontera de Peñas Blancas con Costa Rica, sin explicación ni justificación alguna.

De momento, ningún clérigo católico del país vecino ha confirmado la deportación de las religiosas y por quienes fueron recibidas en Costa Rica.

La expulsión de las monjas deja en el limbo la administración del asilo que estuvo a cargo por más de 40 años de las religiosas. Se presume que este podría pasar a ser “propiedad” de la dictadura sandinista, al igual que ha hecho con otros organismos de servicio social de la iglesia católica de Nicaragua.

Las Dominicas también estuvieron a cargo del colegio  “Santa Susana”, fundado en 1963 por las religiosas, en la casa hacienda “El Rosario”, donde brindan educación escolar y religiosa a más de 60 alumnos de primaria. Este centro educativo tiene sus propias instalaciones en el sector Noreste de la casa hacienda.

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El desalojo de las hermanas Dominicas data de años de persecución política por parte del caudillo sandinista contra la iglesia católica de Nicaragua.

Este sería el tercer grupo de hermanas que son expulsadas del país sin explicación alguna. Hace un par de meses la tiranía sandinista desalojó a un grupo de Hermanas Misioneras de la Caridad de Madre Teresa de Calcuta y posteriormente, las hermanas Trapenses del Monasterio Santa María de la Paz, en el municipio de Juigalpa, en Chontales.