Policía Sandinista acorrala a jóvenes católicos que pretendieron sacar a la calle la procesión de Los Cirineos

Agentes de la sancionada Policía Sandinista se dejó venir “con todo” este Lunes Santo en contra de un grupo de jóvenes católicos que pretendieron salir a las calles del municipio de Nindirí en la ciudad de Masaya y realizar la tradicional procesión de Los Cirineos.

Los agentes de la guardia de Daniel Ortega persiguieron a varios jóvenes que tuvieron que refugiarse en la parroquia Santa Ana de ese municipio y en algunas casas que abrieron sus puertas para protegerlos de ser capturados por profesar su fe católica.

“La Policía llegó a Nindirí para prohibir la salida de tradicionales Cirineos. Jóvenes que se disponían a realizar la actividad fueron perseguidos por toda la ciudad, se desconoce si hay detenidos, la población ayudó a varios a esconderse y huir de la policía”, refirieron a Despacho 505 fuentes de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), quienes denunciaron ante este medio la persecución a la que son sometidos los jóvenes católicos.

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Como cada Lunes Santo de la Semana Mayor, la Iglesia Católica realiza esta procesión de Los Cirineos, en donde promesantes visten con túnicas de color morado o púrpura, cargando una cruz y protagonizan a Simón de Cirene, quien ayudó a Jesús a cargar la cruz el día que fue crucificado por religiosos y políticos de esa época.

La dictadura sandinista prohibió todas las procesiones religiosas antes y durante la Semana Santa de este año. “La suspensión de los Viacrucis será uno de los peores desaciertos de los psicópatas”, dijo a la VOA un sacerdote en referencia a Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, que mantienen una guerra frontal contra la Iglesia católica.

Según el religioso, la Policía Sandinista, dirigida por Francisco Díaz, consuegro de Ortega, le notificó verbalmente la prohibición sin dar más explicaciones.

Las autoridades policiales no han emitido tampoco un comunicado oficial al respecto, sin embargo, este patrón se repitió desde principios de año, cuando se suspendieron varias actividades de la Iglesia, como una procesión que tradicionalmente se celebra los 1 de enero en Nicaragua.

“Las prohibiciones de las actividades de piedad popular que se realizan durante la cuaresma es una agresión más a la Iglesia católica nicaragüense y a la libertad religiosa de todos los ciudadanos”, comentó a la VOA, Martha Patricia Molina, investigadora del Observatorio Pro Transparencia.

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A criterio de Molina, Ortega tiene la intención “desalmada e ilógica” de eliminar la fe católica del país, ya que “es la única institución creíble, respetada y amada que a la luz del evangelio está anunciando y denunciado todas las arbitrariedades y maldades que comete la dictadura”.

“Esta prohibición es sin duda dolorosa para todo el pueblo católico que por siglos ha celebrado la Cuaresma”, afirmó Molina.

La Iglesia católica vive uno de sus momentos más difíciles en Nicaragua, tras las protestas surgidas contra Ortega en 2018.