Opositores reconocen valentía de Arturo Mcfields, aseguran que nunca es tarde para decir la verdad

Las reacciones de la oposición y activistas de derechos humanos ha sido en cadena, luego que el embajador de Nicaragua ante la OEA, Arturo Macfields, denunciara a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo ante esa organización este miércoles.

Ligia Gómez, ex trabajadora del Banco Central de Nicaragua, exiliada, quien fue una de las primeras funcionarias que renunció y denunció también a la dictadura de Ortega, refirió sentir respeto y admiración por la posición que ha tomado Arturo Macfields de dar ese paso de denunciar públicamente la represión y violaciones de derechos humanos que ha cometido la dictadura orteguista.

A la vez, Gómez animó a Mcfields a sortear todos los ataques que, al igual que a ella, se le van a venir de parte de los seguidores y funcionarios de Ortega.

“Nunca es tarde para dar este paso…igual que en el caso mío, yo recibí más de 40 páginas de amenazas el mismo día que hice la denuncia y ya observé que a él le estan diciendo cosas muy similares… también te hablan de traidor, te tildan, te dicen ofensas, muchas son censuradas en las redes… el gobierno probablemente, en este momento, están reunidos tratando de ver cómo van a reaccionar ante eso la estrategia primera que ellos utilizan es tratar de desprestigiar a las personas”, dijo la ex funcionaria del BCN.

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Destacó parte de la denuncia de Macfields que habla de que hay más personas dentro de las filas del orteguismo que, al igual que él, no podrán callar más, por lo que Gómez les animó para que tomen ese paso sin temor.

“Hay muchas personas dentro del gobierno que no están de acuerdo con lo que está sucediendo, ni antes ni lo que sucedió desde el 2018 y ni lo que está sucediendo ahora y no han dado el paso por temor”, dijo Gómez.

La ex funcionaria del BCN advirtió que para dar ese paso de valentía que dio Macfields y ella misma, se debe asegurar primero tener la protección y el apoyo de su familia y un tipo de seguridad especial, además de darlo por el bien de su país.

“Si yo no hubiera hecho esto que hice, yo no me imagino con qué cara puedo seguir viendo a mis hijas, en realidad y mis hijas a pesar de las dificultades ellas se sienten orgullosas y están muy conscientes de la importancia de lo que se hizo”, dijo.

Agregó que está segura que la familia del embajador Macfields hará lo mismo, lo apoyará y estará orgullosa de él.

Ejemplo de lo grande que es el pueblo de Nicaragua.

Por su parte, Haydée Castillo, defensora de derechos humanos que fue obligada a exiliarse, también reconoció la valentía de Macfields y consideró que esto es un ejemplo de lo grande que es el pueblo de Nicaragua.

“Puede pasar un tiempo en que la verdad pueda estar escondida, pero no es para siempre”, dijo Castillo.

Castillo informó que mantiene conversaciones con varios funcionarios que también quieren dar ese paso, pero que están llenos de terror por cualquier cosa que la dictadura le haga a sus familias.

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“Esto da cuenta del nivel de terrorismo de Estado”, dijo Castillo y agregó que la ética y los valores humanos llevan a superar todos los miedos.

La defensora de derechos humanos invitó a todos los nicaragüenses a acuerpar y apoyar a Arturo Mcfields y a otros funcionarios que han renunciado a seguir siendo cómplices de la dictadura.

Fisuras en la cúpula de Ortega

En tanto, el analista político Eliseo Núñez manifestó que esto es una clara evidencia que hay fisuras dentro de la cúpula del régimen de Daniel Ortega y que ya es imposible defender lo indefendible.

“Hay fisuras en el partido del Frente (Frente Sandinista de Liberación Nacional), no todas salen a luz, la narrativa que él hace de la cancillería, es una narrativa que conlleva a intuir que hay un gran miedo a opinar a decir cualquier cosa”, expresó Eliseo Núñez.

Así mismo Alexa Zamora, integrante del Consejo Político de la Unidad Azul y Blanco, expresó que hay un nivel de hartazgo en los funcionarios medios, medios rango y altos funcionarios, de una persecución de la que son objeto a lo interno del partido no sólo como mecanismo de control similar, sino que un poco peor.

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“El régimen ha impuesto restricciones migratorias a los funcionarios públicos y existe “un estricto control de sus actividades del día a día, y esto lleva a rupturas internas sobre todo en un espacio donde no hay ningún tipo de debate, donde no hay ningún tipo de diálogo, y se ha llegado a un punto de querer que los otros nieguen la realidad” dijo Alexa Zamora.