Hijas de Bayardo Arce denuncian su desaparición a más de 100 días de su arresto
Arce lleva más de 100 días desaparecido por la mano del dictador al que sirvió durante décadas.
Bayardo Arce, excomandante sandinista desaparecido por la dictadura a la que sirvió.
- Medios Oficialistas
Bayardo Arce, ex-comandante sandinista y ex-asesor económico de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, cumplió más de 100 días desaparecido tras su detención la medianoche del 30 julio de este año. Se presume que permanece aislado en la cárcel La Modelo en Tipitapa, Managua, pero sus hijas expresaron no tener idea de su paradero.
“Cien días. Te amo, papá. Te mando fuerza y salud y todo nuestro amor donde estés. Cien días desde que te llevaron. Que la inmensidad de este mar te acuerpe, te dé refugio, te libere. Te amo“, dijeron sus hijas, Sofana y Ariadna, a través de sus perfiles en redes sociales.
Según información divulgada por la prensa nicaragüense que opera desde el exilio, Arce no se encuentra bajo arresto domiciliario, como circulaban versiones extraoficiales promovidas por el oficialismo. En realidad, estaría recluido en una celda de máxima seguridad en el penal La Modelo en Tipitapa, Managua.
Pero su paradero exacto es aún impreciso.
Ninguna de sus hijas ni ningún otro familiar tiene contacto con Arce. Tampoco le han permitido recibir medicamentos, a pesar de que el encierro habría deteriorado su salud, según un reporte divulgado por el diario La Prensa. Por la falta de información general, Arce es considerado como un preso político bajo desaparición forzada.
Arce es considerado una de las figuras más influyentes del movimiento sandinista. Se cuenta entre los fundadores del partido, fue guerrillero y tomó parte de amabas dictaduras sandinistas acuerpando a Ortega en el poder y en la oposición. Era considerado uno de los hombres de mayor confianza del régimen Ortega-Murillo.
Su detención la enmarca un contexto de creciente represión interna y purgas dentro del círculo del poder del régimen Ortega-Murillo. Su arresto y prolongada incomunicación reflejan las tensiones políticas que atraviesa la cúpula sandinista. Mientras tanto, el país continúa bajo un clima de control absoluto y hermetismo estatal.