Mediante un comunicado, el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, David Malloy, condenó los ataques de la dictadura sandinista en contra de la Iglesia Católica y el clero religioso, que han resistido desde 2018, represión, persecución, exilio, hasta encarcelamiento.
El líder religioso retrató el acoso que la feligresía católica ha tenido que soportar por profesar su fe, acción que se ha convertido en un delito para el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, quienes a inicios de este mes de abril, prohibieron todas las «tradicionales celebraciones y procesiones de la Semana Santa», detalla el comunicado.
El obispo concuerda que los ataques perpetrados por la pareja dictatorial contra el clero católico incluye la confiscación de propiedades y la expulsión del país a religiosos por reclamar la liberación del obispo de Matagalpa, Monseñor Rolando Álvarez.
En ese sentido, David Malloy exhortó al gobierno de los Estados Unidos y a la comunidad internacional a ejercer más presión al régimen sandinista para la liberación del obispo de Matagalpa y Administrador Apostólico de Estelí, condenado por la dictadura a 26 años y 4 meses de prisión por supuesta «traición a la patria».
Asimismo, solicitó a la comunidad internacional imperar por «la restauración de la paz y el imperio de la ley en Nicaragua».
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Ortega llama «dictadura» al Vaticano
El comunicado de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, se da horas después que el caudillo sandinista, Daniel Ortega, acusara nuevamente al Vaticano de ser una «dictadura» y lanzara fuertes improperios contra la iglesia católica de Nicaragua.
En un discurso este 19 de abril, Ortega insultó a los obispos de Nicaragua y los llamó «diablos con sotana», «hijos del diablo» y «manipuladores», a quienes responsabilizó de la masacre que él mismo ordenó a sus fuerzas represoras contra manifestantes en Abril 2018.
De acuerdo a su narrativa trillada, el líder sandinista aseguró que religiosos católicos utilizaron los templos como «cuarteles de terroristas», desde donde querían orquestar el supuesto «fallido golpe de Estado».