Rosario Murillo ordena a medios de propaganda ser visibilizada “copresidenta” de Nicaragua
Desde 2017, Murillo era conocida por sus medios como la “vicepresidenta de Nicaragua”, pero con la nueva Constitución sandinista la orden es nombrarla “copresidenta”.

Rosario Murillo, ahora copresidenta de Nicaragua.
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La vicedictadora sandinista, Rosario Murillo, presumió desde este jueves su nombramiento como “copresidenta de Nicaragua”, según la nueva Constitución sandinista, y ordenó a sus medios propagandísticos que la llamen o la saluden como tal.
A partir de este 30 de enero, día en que los diputados de la Asamblea Nacional aprobaron por unanimidad en primera y segunda legislatura las reformas profundas a la Constitución Política, Murillo es nombrada “copresidenta de Nicaragua” y no “vicepresidenta”, como la llamaban los medios oficialistas.
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En cada discurso del mediodía, los reporteros propagandísticos de la dictadura presentaban a Murillo como “vicepresidenta de Nicaragua”, cargo que ostenta desde enero de 2017, sin embargo este jueves ocurrió un cambio rápido ya que la llamaron “copresidenta”, nombre que recibe con la aprobación de la Constitución sandinista.
“Establecemos comunicación con la copresidenta de Nicaragua, compañera Rosario Murillo, coordinadora del consejo de comunicación y ciudadanía, adelante compañera Rosario la escuchamos”, presentó la reportera del oficialista Canal 4.
La poderosa “copresidenta”
Desde el inicio de este año, Murillo esperaba con ansias la aprobación en segunda legislatura de las reformas a la Constitución Política y su nombramiento como “copresidenta”. Siempre aplaudió la labor exprés de los legisladores para dar prioridad a esta iniciativa de ley presentada por Ortega.
Sin embargo, fue hasta el martes 28 de enero que los diputados aprobaron por unanimidad el noveno artículo de la constitución sandinista, titulado “Organización del Estado”, en el que nombran a Ortega y Murillo copresidentes y eliminan la independencia de los poderes del Estado.
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De esta forma, los diputados facilitaron la concentración de poder a Murillo, quien ahora compartirá la presidencia por ley y al margen del apoyo popular que recibe el dictador Ortega.
Además que la convierte en la “poderosa y omnipresente” número dos del poder para un mandato de seis años sin restar ninguna de sus funciones como la posible sucesora de esta dictadura que tiene en “jaque mate” a todos sus funcionarios.