Exiliados encuentran en “una esquina de amor” solidaridad, alimentos, salud y medicina

Un poco antes de las cinco de la mañana de un viernes de marzo, más de 50 exiliados entre niños, niñas, jóvenes y adultos mayores abordaron un bus que los llevaría hasta el cantón de La Cruz en la provincia de Guanacaste en Costa Rica, muy cerca de la frontera de Peñas Blancas de Nicaragua. Su misión era encontrar salud.

Después de recorrer unos 300 kilómetros llegaron al lugar donde encontraron un poco de esa salud y medicinas para calmar por un momento sus dolencias.

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Ese lugar era Corner Of Love una organización humanitaria que operaba en Nicaragua y por la represión de la dictadura después de abril se trasladaron a Costa Rica para continuar su solidaridad con los nicaragüenses exiliados.

“Imagínese aquí no tenemos un seguro (médico) y aquí nos dan las medicinas, nos dan comida y nos pagan el bus porque a veces no tenemos ni para los pasajes, esto es una bendición”, asegura Gladys Isabel Morales, una de las beneficiadas.

Jeymi Jarquín, otra exiliada quien madrugó este viernes manifestó que “Esto es una gran ayuda porque no estamos en nuestro país y nos están ayudando, es más bien una bendición”

Tania Amador es la directora de esta “esquina de amor” cuya organización ha apoyado incansablemente a más de 9 mil familias durante casi dos años de exilio.

“Nuestro corazón está mayormente con los nicaragüenses, mi esposo es de Matagalpa, yo viví en esa región de Matagalpa por más de 20 años y sentimos esa gran solidaridad con el pueblo tan sufrido de Nicaragua y nos emociona tanto un tanto que queremos ver que ellos rescate en sus libertades y que puedan vivir tranquilamente”, asegura Amador.

Aquí reciben atención médica, víveres, alimentos y ahora con la pandemia artículos de aseo personal, pero sobre todo reciben ese calor humano y muchas bendiciones.

Estas visitas se realizan consecutivamente desde San José hasta La Cruz, además se atienden a otros exiliados que están asentados en la zona norte de Costa Rica, en el cantón de Upala, otra zona limítrofe con Nicaragua, pero Dios provee y también alcanza para atender a hermanos exiliados de Cuba, Venezuela, Haitianos, entre otros que han quedado varados en este país.

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