Los altares de Rosario Murillo son el reflejo de la “hipocresía y el cinismo” de su dictadura

El sacerdote Edwing Román, quien se encuentra exiliado en Estados Unidos por la persecución desatada en su contra de parte del régimen sandinista, alertó al pueblo católico de Nicaragua que los altares promovidos por los Ortega Murillo en la Avenida Bolívar “no está Dios”, pues apunta que “solo está el reflejo de la hipocresía y del cinismo de quienes persiguen” a clero católico.

La Alcaldía de Managua inauguraron más de 60 altares cargados de propaganda del partido FSLN, que fueron instalados por las instituciones sandinistas en la Avenida de Bolívar a Chávez, donde lo que resalta son los colores de la bandera roja y negra en alusión a quienes verdaderamente se tienen que adorar.

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Aunque los dictadores sandinistas pregonan un farisaico fervor a María en esta temporada que se celebra el nacimiento de Jesús en todo el mundo e instale altares de todos los santos y vírgenes que se veneran en Nicaragua, estos reflejan la “hipocresía y del cinismo” ya que aún mantienen encarcelado a un Obispo, Monseñor Rolando Álvarez, y otros 52 sacerdotes han sido desterrados u obligados al exilio por razones de persecución política.

“…congregaciones de religiosas y religiosos expulsados, y laicos comprometidos con su iglesia encarcelados. Esas imágenes de la Inmaculada Concepción de María en dichos altares, dudo que estén bendecidas”, expresó el padre Román.

Pese a los altares promovidos por la dictadura, estos han prohibido a todas las parroquias de Nicaragua realizar recorridos procesionales previo al novenario y las fiestas marianas. Ahora, las parroquias del país se verán obligadas a celebrar a la Virgen María dentro de los templos bajo un fuerte asedio policial y mientras mantiene al obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez en cautiverio en las mazmorras de La Modelo.

Ante todos sus crímenes y prohibiciones, los caudillos sandinistas intentan blanquear sus vestiduras al colocar altares santos en toda la avenida Bolívar para aparentar una falsa normalidad.

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Cabe señalar que estos altares  son costeados  con los presupuestos de cada institución del Estado, mientras que los gastos del tendido eléctrico público son asumidos por los nicaragüenses en la mensualidad de diciembre.

“Reparten una gorra o un brindis, producto de la estafa a los trabajadores del Estado, a quienes le exigen su contribución de un salario ya injusto. Rezan en sus casas, vayan a sus templos, canten con alegría a La Purísima en los altares tradicionales de sus amistades y vecinos”, denunció el padre Román.