Juan Carlos Ortega prefiere Made in USA en vez de tecnología China
Aunque sus padres dictadores han llevado a Nicaragua a confrontar directamente a EE UU, Juan Carlos Ortega prefiere los iPhone en lugar de marcas de celulares chinos.
Juan Carlos Ortega Murillo junto a su esposa, la ex-reina de belleza Xiomara Blandino, el 4 de noviembre, 2025.
- Redes Sociales
El hijo de la pareja dictatorial de Nicaragua, Juan Carlos Ortega Murillo, apareció con el nuevo iPhone 17 en mano, con el que tomó una fotografía junto a su esposa, Xiomara Blandino, e hijo, publicada como historia de la red social Instagram este martes, 4 de noviembre.
Esto a pesar de que la dictadura sandinista mantiene públicamente una campaña de desprecio a Estados Unidos, a la cultura estadounidense y a su sistema económico —que produjo el iPhone—, decantándose más por su rival geopolítico, la China comunista, cuya industria de telefonía inteligente compite directamente con la estadounidense.
La imagen se publica, además, tras meses de ausencias que desataron rumores de que tanto Ortega como su esposa habían sido apartados por Rosario Murillo.
A mediados de octubre se había reportado que Blandino había sido expulsado de El Carmen, la residencia presidencial en Managua, y que estaba impedida de ver a su hijo más que ocasionalmente por haber supuestamente desobedecido a Murillo al viajar fuera del país sin su autorización.
Ortega habría recibido la ira de su madre al intentar defender a su esposa, por lo cual habría sido apartado de la dirección de la televisora oficialista TN8, según reportaron varios medios a principios de octubre.
Como el resto de la familia Ortega Murillo, Juan Carlos ha vivido una vida de lujo y comodidad a costa del erario público desde que su padre, el dictador sandinista Daniel Ortega, regresó al poder en 2007. Su caso ha sido de particular escándalo, ya que ha expuesto este lujo en redes sociales desde el principio.
Todo ello mientras los nicaragüenses sufren los efectos adversos de la política económica y comercial de la dictadura sandinista.
En particular, mientras el país encara la posibilidad de una expulsión del acuerdo comercial más importante que mantiene desde hace casi veinte años con Estados Unidos, pudiendo desatar una catástrofe económica, en base a hallazgos de violaciones al derecho laboral y a los derechos humanos toleradas durante años por la dictadura.